Y ahora qué
Y ahora qué
La gran boda palaciega de Tamara Falcó e Íñigo Onieva no fue solo un borrón y cuenta nueva en una relación sentimental polémica. Además del pacto de pareja que los marqueses de Griñón firmaron en su reconciliación, queda por delante una nueva vida en la que los recién casados van a proyectar sus planes comunes. Empresariales, claro, porque los marqueses son emprendedores y ambiciosos. Pero también personales.
La noche del viernes fue el pistoletazo, con invitados de postín y lookazos para recordar. La tarde del sábado, un cúmulo de coches entrando en El Rincón, invitados subiendo sus looks a Instagram y ganas de celebrar. Este domingo, 9 de julio, la acción vuelve al Hotel Ritz, base de operaciones sociales de los marqueses de Griñón, donde tendrá lugar el brunch para los invitados que aún tengan ganas de fiesta.
Hemos comprobado que Tamara Falcó quiso orquestar una boda del todo tradicional, con lo que los recién casados parten en luna de miel en pocos días. El comienzo de su convivencia, ya bendecida por la Iglesia, estará marcado por un largo viaje con destino a las antípodas (como adelantaba hace unos días El programa de Ana Rosa), aunque no se descartan otras paradas. De hecho, varios paraísos asiáticos pueden servir de escala en un viaje a Australia, en el otro lado del mundo.
En un principio, los muy viajeros Tamara e Íñigo habían planeado una luna de miel de más de un mes, pero una invitación de boda les ha obligado a acortarla para acudir a esta cita. Se trata de un evento felicísimo para los marqueses de Griñón: el enlace de sus queridos amigos Luisa Bergel y Cristian Flórez. Será en Sotogrande, en la mansión de la familia de la novia.
La boda de Luisa Bergel, íntima de Tamara Falcó, se celebrará el 26 de agosto, aunque la celebración comienza el día 24 con un torneo de golf. Supondrá la reaparición de la marquesa de Griñón en la vida social española. Comprobaremos qué tal le sienta la vida de casada y ya podrá contarnos más de sus planes, aunque algunos ya saltan a la vista dada la trayectoria y manifestaciones de los novios.
El primer proyecto que Íñigo Onieva y Tamara Falcó acometerán juntos será la terminación, con los últimos toques, de la casa en la que vivirán, propiedad de la marquesa de Griñón. Se trata del ático dúplex de lujo que compró hace un par de años en la exclusiva urbanización Puerta de Hierro, muy cerca de la mansión de su madre, Isabel Preysler. Diseñada por Joaquín Torres, su valor se ha estimado en 1,5 millones de euros.
El nido de amor de los marqueses de Griñón tiene 186 metros cuadrados que incluyen tres dormitorios, dos cuartos de baño, solárium, y dos impresionantes terrazas, una de ellas con piscina. Tamara Falcó paralizó la obra durante la ruptura con Onieva, pero la reforma ya ha terminado y también ultiman detalles las decoradoras de confianza de las Preysler, Pilar Jiménez y Berta Jorde, fundadoras de Drömmeri Interiorismo.
''La casa está localizada en una zona a la que guardo mucho cariño, ya que es muy cercana al hogar donde he crecido», contó Tamara Falcó en el reality de Netflix 'La marquesa'. «Es una casa donde me veo viviendo en un futuro con mi familia, puesto que posee todas las facilidades y servicios. Además, está cerca de mi madre, algo que me hace especial ilusión'', concluyó Tamara.
Tamara y Onieva, en la fiesta de su preboda. (GTRES)
Ya entonces, en su docureality en 'streaming', Tamara Falcó hablaba de su futura familia, probablemente refiriéndose a alguien más que a Íñigo y sus perros, Jacinta y Vainilla. La marquesa de Griñón no ha escondido que desea ser madre, y ese ha de ser uno de sus planes prioritarios. De hecho, cuando el pasado noviembre le preguntaron si tenía planes de ser madre, contestó: «¡No me queda otra!». Tiene clarísimo que el reloj biológico, tic, tac, no perdona.
En lo profesional, tanto Tamara Falcó como Íñigo Onieva tienen la vida más que solucionada, pero eso no es óbice para que los marqueses deseen proyectarse también en los negocios. De hecho, si algo caracteriza a esta pareja recién casada es su proactividad en el emprendimiento, sobre todo en el caso de ella. Su actividad como influencer publicitaria es imparable, pero nos consta que desearía convertirse en empresaria.
Los marqueses de Griñón han hablado en más de una ocasión de sus planes comunes para montar algún negocio relacionado con la restauración o la hotelería, un deseo que probablemente correrá paralelo a su deseada paternidad. Sin duda, Íñigo Onieva habrá de encontrar una actividad que colme sus aspiraciones de dejar huella en la industria de sus sueños.