Un real plantón
Un real plantón
La gran boda griega de la princesa Teodora y Matthew Kumar contó finalmente con menos royals de los esperados. Con la incógnita de Felipe y Letizia ya despejada con su presencia en Galicia, la ausencia más llamativa fue la de Tatiana Blatnik, que pese a estar invitada, prefirió poner tierra de por medio. La venezolana, miembro destacada de la familia real griega hasta su reciente divorcio del príncipe Nicolás, no hizo acto de presencia en la ceremonia celebrada en la catedral de Atenas ni en la cena preboda.
En un gran día que ponía fin a tres intentos previos de 'sí, quiero' entre la actriz y el abogado, y en el que destacó la elegancia de Marie-Chantal Miller y su hija Olympia y la presencia de invitados vip como la princesa Benedicta de Dinamarca o el príncipe Christian de Hannover y Sassa de Osma, el plantón de Tatiana Blatnik fue muy llamativo. Sobre todo porque se supone que el divorcio había sido en buenos términos y la pareja mantenía una excelente relación pese a que sus caminos se hayan separado.
La venezolana no se escondía y en sus redes sociales mostraba su simbólico plan alternativo que había elegido realizar justo el mismo a la boda real: cumplir su sueño de escalar a lo más alto del Monte Olimpo, la mitológica morada de los dioses griegos. En varias stories de Instagram se retrató coronado la cima del pico Mytikas, que tiene una más que respetable altura de 2.918 metros.
«Todos tenemos montañas que escalar en la vida. Por fin estoy escalando una que llevaba años queriendo escalar», explicaba, compartiendo con sus seguidores de Instagram el momento en que llegaba a la cumbre. «Majestuoso, mágico, después de seis horas de escalada», añadía Tatiana sobre ese logro personal conseguido mientras la que fuera su familia política celebraba uno de sus días más señalados en los últimos años.
Fue a finales del pasado mes de abril cuando Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik anunciaban por sorpresa su separación tras catorce años de matrimonio. «Ambos expresan la dificultad de esta decisión, el profundo aprecio y respeto que se tienen», decía el comunicado oficial de la casa real griega en aquel momento.
La inesperada noticia, pese a que los rumores de crisis habían rodeado a la pareja en algunos momentos, suscitó la pregunta de si la venezolana seguiría siendo princesa tras su separación. Algo que no suele ocurrir en estos casos, pero que finalmente sí sucedió con ella. Fue una prueba más de su cercanía a los royals helenos, que se demostraba cuando Tatiana acompañaba a la que fuera su suegra, la reina Ana María, a la ceremonia de entrega en Atenas de la llama de los Juegos Olímpicos de París.
«Los mismos valores de respeto y comprensión constituirán la base de su relación en el futuro, una relación de profunda y sincera amistad. Seguirán viviendo y trabajando en Grecia, un lugar en el que ambos se sienten como en casa. La familia estará siempre a su lado», añadía el comunicado en el que se anunciaba el divorcio de ambos. Unas palabras que no hacen, sino aumentar lo extraño de su ausencia en la boda de la princesa Teodora.
«Ha sido un año de cambio, un año de desafíos», expresaba recientemente la royal en sus redes sociales, donde en los últimos tiempos se ha mostrado muy volcada en proyectos relacionados con el deporte y el cuidado de la salud mental. Pero en lo personal, lo cierto es que, más allá de una separación que siempre es dolorosa, Tatiana Blatnik está viviendo un momento muy delicado por otra razón.
Hace ya más de tres meses que su hermano, Attilio Brillembourg, está desaparecido después de que se le viera por última vez en la ciudad californiana de Malibú. Hace unas semanas y coincidiendo con el día de su 54 cumpleaños, Tatiana Blatnik volvía a lanzar un mensaje en el que demuestra que sigue teniendo fe en que el neoyorquino pueda ser hallado con vida, pese al largo tiempo que ha transcurrido ya de su desaparición.
Junto a un carrusel de tiernas imágenes familiares, Tatiana recordaba los momentos felices compartidos junto a él, terminando su conmovedor mensaje diciendo «te echo de menos», antes de pedir más apoyo para su búsqueda y asegurar que «nunca perderemos la esperanza» en encontrarle.