sois mi roca
sois mi roca
La todavía princesa Tatiana de Grecia ha hablado por primera vez desde que su exmarido, el príncipe Nicolás, se volviera a casar el pasado fin de semana con la rica heredera Chrysi Vardinogianni, tan solo diez meses después de que se anunciara por sorpresa el divorcio de la real pareja.
Tras guardar un respetuoso silencio durante el enlace y los días posteriores, la venezolana ha compartido con sus seguidores en Instagram las últimas novedades en su vida tras los recientes acontecimientos. «No puedo empezar este post sin dar las gracias a esta increíble comunidad. A todos los que me han hecho sentir en casa, fuerte y apoyada: VOSOTROS. Mi corazón está lleno de gratitud», aseguraba una Tatiana Blatnik dispuesta a hacer bueno el dicho de «la mejor venganza es ser feliz».
A continuación, quiso aclarar una de las principales incógnitas sobre su futuro, referente a si se quedará o no en Grecia, su país de adopción desde 2013. «Cuando la gente me pregunta si seguiré viviendo en Grecia, mi respuesta nunca ha sido más que un SÍ. Gracias a vosotros. Gracias por abrirme vuestras puertas, vuestros corazones y vuestros hogares. Vuestra amabilidad y apoyo lo significan todo», aseguró zanjando la cuestión.
Las dudas sobre esta cuestión se basaban en que, al principio, la venezolana no parecía sentirse completamente a gusto en el país y se sentía más cómoda vistiendo sus vaqueros y zapatillas de deporte que con la tiara y los vestidos de gala. Ya el día de su boda, con notable asistencia de miembros de la realeza de toda Europa y que fue descrita como «'Mamma Mia', pero con aristócratas», la sencilla Tatiana parecía en desacuerdo con la excesiva extravagancia del momento, y pidió a los nobles invitados presentes que cambiaran sus trajes de etiqueta por caftanes y sandalias.
«Las últimas semanas han sido una aventura llena de cambios, crecimiento y nuevas y emocionantes oportunidades«, sigue contando a sus 91.000 seguidores en esta red social, tratando de mirar con optimismo al futuro tras unos meses duros, marcados por la ruptura de su largo matrimonio, pero también por la trágica desaparición de su hermanastro.
«A nivel personal, me he mudado de casa», anuncia también Tatiana, antes de centrarse en sus nuevos proyectos, que incluyen una colaboración con la fundación del jugador de la NBA Kevin Love, «para llevar herramientas de aprendizaje social y emocional a Grecia».
Tatiana Blatnik en una imagen de archivo. /
Incidiendo en sus esfuerzos en favor de la salud mental, explicó además que «si hay algo de lo que me he dado cuenta es que, por mucho zumo verde que bebas, sin comunidad no hay verdadera salud. Así que gracias a todos por mantenerme sana. Mi corazón está lleno». Por último quiso mandar un mensaje muy especial «a quienes me ayudan a mantenerme fuerte, física y emocionalmente. Sois lo mejor y sois mi roca».
Sus declaraciones llegan pocos días después de que su exmarido, el príncipe Nicolás, contrajera matrimonio religioso con una antigua amiga de la familia real griega, Chrysi Vardinogianni, que en tiempos también estrechó lazos con la propia Tatiana. La ceremonia, de carácter íntimo, se celebró en Atenas el pasado viernes y contó con la presencia de miembros de las monarquías helena, española y danesa.
La boda se celebró tan solo una semana después de que la casa real anunciara oficialmente el compromiso y la boda del hijo de la reina Ana María con la socialité y heredera de una poderosa familia de navieros griegos, relacionados también con el petróleo y el fútbol.
Tatiana y Nicolás habían anunciado el fin de su matrimonio en abril de 2024 a través de un comunicado conjunto, donde expresaban «la dificultad de esta decisión, el profundo aprecio y respeto que se tienen, pero también el amor con el que han caminado todos estos años». Aunque a la venezolana se le ha permitido conservar su título real de princesa, parece que de momento sigue prefiriendo urilizar su apellido de soltera.