Scarlett Johansson ya no quiere ser Marilyn Monroe: adiós a la rubia, sexy y tonta de Hollywood

Scarlett Johansson ha aprendido gracias a las jóvenes generaciones lo que es la cosificación: «Hablaban de mí como un pedazo de culo».

Pincha en la foto para ver los mejores looks de pelo de Scarlett Johansson./gtres

Pincha en la foto para ver los mejores looks de pelo de Scarlett Johansson. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Dos generaciones de rubias, por utilizar la misma categoría cosificante defendida por Hollywood, se dan la mano como hermanas en 'Viuda Negra' , una película con muchos puntos de interés desde el punto de vista simbólico. Es la única película del universo de los superhéroes Marvel que ha sido dirigida por una mujer, Cate Shortland. Y, además, las protagonistas absolutas; Scarlett Johansson y Florence Pugh , representan a dos generaciones, (casi podríamos hablar de relevo) de un mismo estereotipo en la fábrica de clichés del cine comercial. Se trata de la llamada 'sex dumb blond' o 'rubia sexy y tonta', probablemente el estereotipo cultural que más ha marcado el ideal de mujer desde que el cine se hizo espectáculo de masas.

Scarlett Johansson, en la alfombra roja de los Premios Oscar 2020. / gtres

Los historiadores datan la aparición de este cliché de la rubia tonta y sexualmente disponible en una obra de teatro, 'Les Curiosités de la Foire' (1775), basado en las andanas de la legendaria cortesana Rosalie Duthé. En 1925, Anita Loos publicó le bestseller 'Los caballeros las prefieren rubias', que se llevó primero a la escena y luego al cine, con Marilyn Monroe fijando para los restos el estereotipo que Hollywood ha alimentado sin parar. Han sido muchas las actrices que tuvieron que plegarse a interpretar este tipo de mujer, reducida a lo mínimo: desde Jean Harlow, famosa por no llevar sujetador jamás para estar siempre sexy, a Jane Mansfield, cuya silueta imposible elipsó un coeficiente de inteligenvia de 163: hablaba cinco idiomas.

«Si quieres que se abran las puertas, tienes que teñirte de rubia«, le dijo su primera agente a Norma Jean, poco antes de convertirse en Marilyn. Monroe hizo todo lo que le ordenaron para convertirse en la mujer que muchos consideraban perfecta, esto es, cortita de inteligencia, complaciente en todo lo demás. En la vida real, llevó su carrera como una mujer de negocios implacable, pues fue una dura negociadora para los estudios de Hollywood. Tanto ella como Harlow murieron antes de lo esperado, cosa que hizo que el estereotipo de la rubia tonta que cargaron Brigitte Bardot, Kim Basinger o Pamela Anderson se cargara de cierto aire trágico.

«Las rubias son las víctimas perfectas», dijo Alfred Hitchcock. «Son como la nieve virgen que desvela las huellas sangrientas del asesino». Su escuela perversa hizo fortuna, porque la larga serie de actrices rubias o convertidas en rubias que han ido reproduciendo este cliché fácilmente podían terminar apaleadas, violadas o asesinadas, para mayor morbo del espectador. Hasta que no se estrenó «Una rubia muy legal» (2001), con Reese Witherspoon como la inolvidable estudiante de derecho Elle Woods, no hubo en Hollywood quien levantara la voz contra este personaje misógino.

En realidad, desde Marilyn Monroe ha habido incesantes correcciones al cliché de la rubia sexy y tonta, necesarias para ir adaptándose en cada década al ideal femenino. Todas han ido en la misma dirección: mantener lo sexy e ir añadiendo algo de cerebro a la fórmula ( Sharon Stone o Charlize Theron). Scarlett Johansson, fotografiada una y mil veces como Marilyn y obligada a repetir sus poses sugerentes con escotes imposibles, lleva años tratando de darle más contenido a este cliché con sus películas.

Con 36 años y Florence Pugh como deslumbrante relevo, ya puede decir según qué cosas. Por ejemplo, que su personaje, Viuda Negra, estaba tremendamente sexualizado en la primera película en la que apareció: 'Iron Man 2' (2010). «Hablan de ella como si fuera un trozo de algo, como una posesión o un objeto. En realidad, como un pedazo de culo. De hecho, en algún momento el protagonista se refiere a ella y dice: 'Quiero un poco'«, ha contado en el periódico británico 'The Guardian'.

«Quizá en aquel momento me pareció un cumplido, porque mi manera de pensar era otra. Probablemente mi autoestima dependía de ese tipo de comentarios pero, como les sucede hoy a tantas mujeres jóvenes, me he dado cuenta de mi propia valía. Las chicas de hoy en día reciben mensajes mucho más positivos y ha sido increíble poder formar parte de este cambio para llegar a donde estoy ahora«. Pues enhorabuena, ¿no?

20 de enero-18 de febrero

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