Estrena serie
Estrena serie
El papel de la entrañable y explosiva Gloria Delgado en Modern Family convirtió a Sofía Vergara en una de las actrices más populares y mejor pagadas de la televisión en Estados Unidos. Tras un largo periodo en el que no ha hecho papeles de relevancia, aunque ha arrasado como jurado de America's Got Talent, vuelve por todo lo alto con Griselda, una serie de Netflix de la que también es productora ejecutiva.
En ella Sofía Vergara se mete en la piel de la narcotraficante Griselda Blanco, que fue conocida como La Madrina, todo un reto interpretativo para la actriz nacida en Barranquilla el 10 de julio de 1972, que formó una de las parejas más atractivas de Hollywood con su el también actor Joe Manganiello, aunque ya han emprendido caminos por separado.
Al igual que le sucedió a muchas modelos y celebrities, Sofía Vegara fue descubierta por un cazatalentos en una playa del Caribe colombiano. En 1994 presentó el Festival de Viña del Mar y saltó el rumor que había mantenido una relación con Luis Miguel, lo que provocó que, como diría Isabel Pantoja, apuntaran hacia su persona todos los cañones de luz. Modelo ya consagrada, se marchó a Miami, donde firmó con la todopoderosa Univisión, que la convirtió en presentadora estrella y reina de telenovelas como Acapulco, cuerpo y alma, y Fuego en la sangre.
Cuando intentó abrirse camino en Los Angeles, no lo tuvo nada sencillo porque no coincidía con el estereotipo de latina que algunos productores identificaban con Salma Hayek, pero ella perseveró en mantener su identidad y su acento se ha convertido en una de sus señas de identidad. Procedente de una familia adinerada y muy bien relacionada, se casó con 18 años con su novio de secundaria, Joe González.
Hablamos de una relación muy precoz para los estándares actuales y de alguna manera estaba destinada a fracasar. Tuvieron un hijo, Manolo, que nació en septiembre de 1991. Un año después de la boda, en 1993, se divorciaron y ella se quedó con la custodia de su vástago, con quien mantiene una relación excelente. Estudió Dirección y Producción de Cine y ha seguido una trayectoria similar a la de su madre.
Manolo González Vegara trabajó como modelo, pero finalmente ha sido la interpretación lo que más ha ocupado su tiempo. Así, le hemos visto en películas como Hot Pursuit, Vandal, Destined to Ride y en la serie Guilty Party. También tiene pendiente de estreno el filme The Big Feed. Dirigir es una cuestión que tampoco descarta y ha terminado ya el cortometraje Post-Mortem, protagonizado por Dina Cataldi y Camillia Crous.
Así como Manolo ha dado grandes satisfacciones a su madre, no todo ha sido sencillo para Sofía Vergara, que sufrió cáncer de tiroides en 2011. Afortunadamente, tras la pertinente operación y posterior tratamiento se recuperó satisfactoriamente y goza de excelente salud. Más allá de los controles periódicos y la medicación para prevenir el hipotiroidismo, está en plena forma.
La tragedia, sin embargo, sí se cebó con la familia de Sofía. En 1997 su hermano Rafael fue asesinado cuando intentaron secuestrarle en Colombia. La actriz contó todos los detalles en una entrevista en Parade, donde narró que habitualmente iba con guardaespaldas, que su madre se quedó «como un zombie» y ese fue el motivo por el que se comprara una mansión en Florida para establecerse con su familia y apartarse de ese dolor. El presunto asesino habría sido un traficante que había trabajado para Pablo Escobar.
Otro drama de Sofía Vergara fue la adicción a las drogas de su hermano Julio, que había sido detenido al menos treinta veces en Estados Unidos, por lo que acabó siendo deportado. Llegó a estar al menos una decena de veces en la cárcel y después se le perdió la pista. La actriz manifestaba en la mencionada entrevista lo terrible que era ver morir poco a poco a una persona durante diez años y que se había convertido en alguien irreconocible a consecuencia de los estupefacientes.
No podemos olvidarnos tampoco de que Sofía Vegara no tuvo una buena relación con su padre, con quien no se habló durante años, desde que se divorció de su madre en 1992. Pese a todo, se hacía cargo económicamente de él y viajó a su entierro en Barranquilla en diciembre de 2009. Julio Enrique Vergara Robayo había sufrido un derrame cerebral por el que llevaba en coma dos años. Tenía solo 61.