Ser madre después del cáncer: tres historias reales de superación
IVI puso en marcha su programa gratuito “Ser madre después del cáncer” en 2007. Desde entonces, más de 800 mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, como Susana, Irene y Estrella, han vitrificado sus ovocitos y ya son 29 los bebés nacidos gracias a esta iniciativa social, y 7 más en camino. Ellas nos cuentan este proceso
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IVI puso en marcha su programa gratuito “Ser Madre después del cáncer” en 2007. Desde entonces, más de 800 mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, como Susana, Irene y Estrella, han vitrificado sus ovocitos y ya son 29 los bebés nacidos gracias a esta iniciativa social, y 7 más en camino. Ellas nos cuentan este proceso
Una de cada ocho mujeres padecerá cáncer de mama a lo largo de su vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama representa el 16% de todos los cánceres en mujeres, lo que lo convierte en el tumor más frecuente entre ellas. Tan solo en España, cada año se diagnostican alrededor de 33.307 nuevos cánceres de mama. Susana, Irene y Estrella son tres de ellas y, por suerte, pudieron superar esta enfermedad. Ahora comparten su historia para dar fuerza y apoyo a las mujeres que hoy se encuentran en su misma situación y que, además, quieren ser madres. Porque la maternidad después del cáncer no es una posibilidad remota: es una realidad.
“Cuando me diagnosticaron cáncer de mama, directamente pensé: me muero. Me lo comunicó la radióloga de la Unidad de Mama de mi hospital. Y en el momento en que pronunció esas tres fatídicas palabras, me atravesaron como puñales. Cáncer de mama… En ese preciso instante dejé de escuchar. Ella seguía hablando, pero mi mundo se paró en seco”, explica Susana.
Más tarde se centró en la frase de su radióloga: “Piensa que es un año malo, con tratamientos, pruebas y demás”. Susana solo tenía un objetivo: sobrevivir. Porque “cáncer” sigue siendo una palabra que asusta, pero que, a día de hoy, y gracias a la ciencia, no es esa losa que marca el final. De hecho, cada año existe mayor información para diagnosticar precozmente y tratar el cáncer de mama, lo que ha permitido que la supervivencia global a los 5 años del diagnóstico de este tumor sea del 82,8% en nuestro país.
Susana, Irene y Estrella comparten su historia para dar fuerza y apoyo a las mujeres que hoy están en su situación y quieren ser madres
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Susana ha podido hacer realidad su mayor deseo gracias al programa gratuito “Ser madre después del cáncer” de IVI.
De eso hace 7 años. En ese momento, con 36 años y sin hijos, la duda le sobrevino a la mente: ¿podría ser madre en un futuro? La respuesta, con el futuro hecho presente, es un rotundo sí: gracias al programa gratuito “Ser madre después del cáncer” que IVI, líder mundial en Medicina Reproductiva, puso en marcha en 2007, Susana hoy puede decir que es madre de Manuel, un bebé de 4 meses.
“Tardé mucho más en encauzar el tema de la maternidad por la unidad que me trató. Radióloga, cirujano, cirujano plástico y oncólogo perfilaron los pasos a seguir para atajar cuanto antes mi cáncer. Pero la opción de ser madre en un futuro no se barajó en ningún momento. Y casi por casualidad, de repente, se me encendieron todas las alertas: ¿Y qué pasa si quiero ser madre? Soy yo, primera persona, mujer, y para mí era importante ser madre. Tuve la suerte de conocer a una persona que hizo sus prácticas de Biología en IVI, así que me habló de las opciones que ofrecíais para mujeres como yo, con una dura batalla por afrontar y una ilusión a la que me negaba a renunciar”, añade.
Hay esperanza después del cáncer
Hace una década hablaríamos en otros términos: el cáncer eliminaba las posibilidades de ser madre, debido al efecto perjudicial de la quimio y la radioterapia sobre la fertilidad. Hoy en día, sin embargo, los avances en la ciencia han permitido que ser madre no sea una posibilidad remota, sino una realidad.
“Yo tenía claro que quería preservar mis ovocitos, así que insistí a mi oncólogo y le dije que necesitaba hacerlo”
“Yo tenía claro que quería preservar mis ovocitos, así que insistí a mi oncólogo y le dije que necesitaba hacerlo. Y que, si no podía darme el tiempo que necesitaba para vitrificar mis óvulos, que me dejara morir, pero que quería preservar. Quise luchar por ese comodín, por mi autonomía y libertad para decidir si quería ser madre, y la ciencia me brindaba la oportunidad de hacerlo. Debía aprovecharlo”, afirma.
“Cuando se abre la veda y tu oncólogo te da vía libre es algo emocionante. Entras en IVI con otro color, lo vives todo intensamente, y cuando se materializa es magia”, concreta. “Instalaciones modernas, la mayor tecnología, punteros en muchísimas cosas, pero el trato humano es verdaderamente bueno, cercano, involucrado en cada momento del proceso. He sido una persona para ellos, no un número más como podía pensar de una empresa de esta envergadura. IVI me devolvió la ilusión al ver que hay un proyecto social que todo su equipo humano vive y comparte. Tiene un equipo de profesionales detrás que te cuidan con mimo; juegas con caballo ganador”, asegura.
Por supuesto, “el miedo está ahí”, reconoce, pero “cuando ves la eco, cómo crece y evoluciona, el miedo desaparece. La maternidad es una energía que trasciende, un poder que puede con y contra todo”, concluye.
Irene y Estrella, por su parte, aún esperan el alta para poder emprender su camino hacia la maternidad. Para todas ellas, la esperanza futura de ser madres les ha llenado de fuerza para hacer frente al gran gigante llamado cáncer.
Como Susana, Irene y Estrella, más de 800 mujeres han vitrificado sus ovocitos en IVI, dentro de su programa gratuito para pacientes oncológicos. Así, IVI ha hecho posible el nacimiento de los primeros niños del mundo provenientes de ovocitos vitrificados de pacientes con cáncer: ya son 29 los bebés nacidos después de que sus madres padecieran cáncer, a los que se sumarán los 7 que vienen en camino.
¿Puede la preservación de mi fertilidad empeorar mi cáncer?
Muchas son las preguntas que tienen las pacientes diagnosticadas de cáncer cuando acuden a una consulta de reproducción asistida para informarse acerca de la preservación de ovocitos y, aunque se muestran preocupadas por el tiempo y las complicaciones que se puedan generar, no tienen nada que temer.
Datos publicados acerca del seguimiento de pacientes que se han estimulado para congelar ovocitos muestran los mismos resultados de supervivencia que las que no lo han hecho. La estimulación ovárica para obtener ovocitos a vitrificar no repercute en la evolución del cáncer, y más cuando en todo momento se colabora con el oncólogo para ajustar el proceso y la medicación y que no influya en el tratamiento posterior que vaya a recibir la paciente. El protocolo está perfectamente definido para cada caso.
“El miedo está ahí, pero cuando ves la eco, cómo crece y evoluciona, el miedo desaparece”
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La vitrificación de ovocitos es una ventana de oportunidad que las pacientes oncológicas pueden aprovechar para guardar un comodín futuro de ser madres. ¿Cuántas oportunidades hay de que funcione? La respuesta irá vinculada a la edad a la que se congelan los ovocitos. Cuanto más joven es la paciente en el momento de la vitrificación, más posibilidades futuras tendrá de poder ser madre con sus propios ovocitos. Y, como Susana, cumplir el sueño de su vida.
Si quieres más información sobre los tratamientos de IVI, puedes llamar al teléfono 900 847 300 o consultar su web. Si necesitas una atención más personalizada, pide tu cita en IVI.