De Córdoba a Toledo, cinco escapadas a ciudades a las que les sienta bien el frío

Asoma el invierno y, con él, llega la época perfecta para viajar (y aprovechar los puentes y la Navidad) en busca de relax, gastronomía, parajes naturales y alojamientos únicos como los que ofrece Paradores en ciudades como Córdoba, Toledo, La Granja, Chinchón o Nerja

Conforme se va acercando el frío, las ciudades cobran vida, como si por fin despertasen del letargo del otoño: las plazas empiezan a llenarse de encantadores mercadillos medievales, las luces de colores y los adornos navideños empiezan a asomar y a transformar las calles, el ambiente es mágico, como de cuento, huele a castañas asadas y a chocolate caliente y cualquier paso de cebra se convierte en un improvisado desfile de gorros divertidos. Hay reencuentros llenos de abrazos en las puertas de los bares, patinadores exhibiendo sus piruetas en pistas de hielo al aire libre, teatros callejeros y escaparates de tiendas capaces de captar todas las miradas.

Ver cómo las ciudades de nuestro país se engalanan con la llegada del invierno y durante las semanas previas a la Navidad es suficiente motivo para meter un abrigo y unas botas en la maleta y hacer una escapada. Los viajes fuera de temporada están llenos de ventajas: hay una menor afluencia de turistas, los precios son más tentadores, puedes disfrutar de platos de cuchara y el frío da un aire más nostálgico a los paisajes. Así que para coger fuerzas antes de que llegue la Navidad, celebrar una ocasión única como un aniversario o una buena noticia o simplemente para que puedas acurrucarte bajo la manta después de una larga caminata, Paradores te propone cinco escapadas especiales que si durante el resto del año son toda una experiencia, en esta época se convierten directamente en un espectáculo.

Cinco destinos especiales para disfrutar del invierno

Parador de Córdoba, un mirador a la monumental ciudad

A nadie le puede sorprender que el prestigioso periódico The New York Times incluyera Córdoba en su lista de lugares a los que viajar en 2021: callejear por ella sin rumbo es suficiente para darte cuenta de que no quieres estar en ningún otro lugar. Será por sus paredes blancas llenas de macetas con flores, por la huella que judíos, árabes y romanos han dejado en su arquitectura o, también, por qué no decirlo, por ese salmorejo que intenta sin éxito ser imitado en el resto del país. Para descansar después de una jornada turística por la legendaria ciudad de los Califas, nada mejor que el Parador de Córdoba, situado sobre las ruinas del palacete de verano de Abderramán I, que ofrece una panorámica impresionante de la ciudad.

El hotel dispone de 94 habitaciones, siete salones, campo de golf, zona deportiva y unos jardines que albergan las palmeras más antiguas de Europa. No es lo único que te dejará con la boca abierta en este lugar: el restaurante basa su carta en platos tradicionales de la gastronomía cordobesa, como el salmorejo, el gazpacho blanco de almendras o el churrasco en salsa verde. Sea cual sea tu elección, seguro que combina a la perfección con el postre por excelencia: pastel cordobés, un dulce compuesto de hojaldre y cabello de ángel. El broche de oro a una estancia invernal perfecta.

Parador de Nerja, un espacio acogedor entre playas

No hay que irse muy lejos para llegar a nuestro siguiente idílico destino, porque en la vecina provincia de Málaga se encuentra, a pie de playa, el Parador de Nerja. Estamos en uno de los sitios más afamados de la Costa del Sol, demostrando, una vez más, que la playa sabe cómo captar nuestro interés mucho más allá de la época estival, aunque resulta del todo imposible desvincular esta localidad andaluza a la mítica serie de Verano Azul, que sirvió como escenario de la ficción que acaba de celebrar su 40 aniversario.

El Parador de Nerja nos recibe sobre un acantilado junto al mar, que le sirve de perfecto contraste al verdor de su amplio jardín. Vistas espectaculares sobre el Mediterráneo y las montañas de Sierra Almijara es lo que ofrecen sus 98 habitaciones, diseñadas para conseguir un ambiente de tranquilidad perfecto para la desconexión. Ascensor privado a la playa, calle peatonal que comunica el Parador con el mirador del Balcón de Europa, pistas de tenis y pádel y un restaurante que basa su cocina en pescados de roca, boquerones, gamba blanca o frutas tropicales, completan los atractivos del Parador de Nerja y consiguen una estancia del todo inolvidable.

Parador de Chinchón, historia y gastronomía por doquier

Seguimos nuestra ruta por las callecitas empedradas de Chinchón, una localidad madrileña que, aunque parecía imposible, ha conseguido multiplicar su encanto en las últimas semanas. Y es que por este pueblecito del sur de Madrid se han paseado recientemente Scarlett Johansson, Tom Hanks y Bill Murray, parte del excelente reparto de la última película del director estadounidense Wes Anderson, que ha elegido Chinchón para el rodaje. Ni es el primero ni será el último: la emblemática Plaza Mayor, con sus más de 230 balcones de madera, ha aparecido en numerosos films. Si tú también quieres sentirte como una estrella, puedes alojarte en el Parador de Chinchón, un antiguo convento agustino que destaca por sus amplios ventanales y por la excelente decoración de sus 38 habitaciones. En su jardín interior la fuente es la protagonista, consiguiendo que el lugar sea un espacio tranquilo y apacible donde descansar, relajarte y evadirte antes de la llegada del inevitable estrés de las fiestas navideñas.

Aunque para cargar pilas, nada mejor que rendirte a los encantos de la gastronomía típica de Chinchón. El Parador cuenta con dos restaurantes: El Convento y El Bodegón. En este último se sirve en exclusiva el delicioso cocido de taba, considerado el antecedente del clásico cocido madrileño. En estos espacios podrás degustar también el pisto manchego, el asado de paletilla de cordero lechal, bacalao gratinado o la tarta de manzana de los Agustinos, capaz de hacerte sentir que tienes el mundo a tus pies.

Parador de Toledo, las mejores vistas de la ciudad imperial

Quien realmente quedará a tus pies es la ciudad de Toledo si la admiras desde su Parador. Tanto su terraza como sus salones, su piscina o sus 78 acogedoras habitaciones permiten una panorámica incomparable de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1986. Toledo tiene esa virtud de sorprender por igual tanto al que la visita por primera vez como al que ha estado en ella docenas de veces. Su Alcázar o su Catedral ya dejan claro que estamos ante una joya del territorio español, pero las callejuelas empinadas y laberínticas lo terminan de confirmar. Conocida como la ciudad de las tres culturas, judía, musulmana y cristiana, Toledo invita a perderse en su historia para conocer hasta el último de sus secretos.

El mejor lugar donde poner los pies en alto tras una jornada de turismo es el Parador de Toledo, situado en la zona de los Cigarrales, donde además de las vistas al exterior, también cautivan las del interior del establecimiento, con lujosas instalaciones combinadas con vigas, escaleras y suelos de madera. Un edificio impresionante que te abraza con su calidez y te trae los sabores de la cocina manchega en una experiencia gastronómica cargada de sensaciones. Lomo de ciervo marinado, perdiz estofada a la toledana, migas del pastor o gazpachos manchegos son algunas de las elaboraciones que podrás elegir en el restaurante del Parador.

Parador de La Granja, resetea la mente en plena naturaleza

Si la panorámica de Toledo es impresionante, la del Parador de La Granja San Idelfonso no se queda queda atrás. Sustituimos ciudad por naturaleza y nos trasladamos a 11 kilómetros de Segovia, concretamente a la Casa de los Infantes que Carlos III mandó construir en el siglo XVIII. En pleno entorno monumental y natural se encuentra este singular edificio caracterizado por sus modernas instalaciones y sus tres patios interiores de cuatro alturas visibles mediante arcos de medio punto. El Parador no solo destaca por sus amplias y elegantes habitaciones, decoradas con un gusto exquisito, sino también por su spa capaz de detener el tiempo y su zona deportiva, perfecta para hacer ejercicio y así acercarse sin remordimientos hasta su restaurante, que ofrece una cocina tradicional y auténtica: judiones de La Granja, cochinillo asado con patatas, o ponche segoviano (con mazapán y yema blanda) para darle el toque dulce a una excelente comida.

El Real Sitio de La Granja, declarado Conjunto Monumental, fue el lugar de retiro del rey Felipe V, el primer Borbón que reinó en nuestro país. Se encuentra en pleno corazón de la Sierra de Guadarrama, que da pie a infinidad de rutas de senderismo para disfrutar de los paisajes al ritmo que marquen tus piernas.