Tres (buenas) razones por las que necesitas incluir nutricosméticos en tu rutina de cuidados
Guía rápida para saber cuál es el complemento alimenticio que tu piel necesita para una dosis extra de rejuvenecimiento, hidratación, firmeza y elasticidad a partir de los 30
La piel no es como la ropa, solo tenemos una durante toda nuestra vida, así que es muy importante prestarle la atención que se merece. Y aunque parezca fácil, no siempre somos conscientes de cómo protegerla o cuáles son los cosméticos adecuados para cada tipo de cutis. Pasa como con las relaciones de pareja, que para que funcionen no solo es suficiente con querer a la otra persona, sino que hay que quererla bien.
Y es que, ante todo, la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Solo ella constituye el 7% de nuestra masa corporal y su función de barrera entre el mundo interior y exterior juega un papel fundamental. Para mantener su integridad, la piel activa diferentes sistemas que le ayudan a nutrirse e, incluso, a repararse mediante la cicatrización. Además, es permeable y un verdadero lugar de intercambio entre el mundo interior y exterior. Un idílico paraje entre ambos cosmos con una puerta de entrada para que el agua penetre y otra de salida para que salga del cuerpo, al igual que regula la eliminación de toxinas y ayuda a absorber los principios activos contenidos en los productos cosméticos. Gracias a su excelente reserva, almacena energía en sí misma dentro de su tejido adiposo y sintetiza vitamina D por efecto de los rayos UV para fortalecer el organismo. Así, se puede concluir que la piel es un tejido totalmente activo, cuyas células se renuevan de forma constante y producen todos los elementos circundantes que necesita para funcionar correctamente.
Y para que cumpla de manera rigurosa con todas sus funciones, también necesita recibir su dosis diaria de cuidados. Esto no evita que el envejecimiento de la piel no se produzca, ya que es un proceso natural que está programado por nuestra genética y es el resultado del paso del tiempo. Sin embargo, si no se hace uso adecuado de ellos, es probable que se acelere el proceso de envejecimiento cronobiológico. Y mucho. Sobre todo si tenemos en cuenta la sociedad en la que vivimos, donde los rayos UV, la contaminación, la polución, el tabaco, la falta de sueño y las deficiencias nutricionales forman parte de nuestro día a día y repercuten mucho en nuestro estado.
Pero ¿realmente son suficientes los tratamientos tópicos para sacar el máximo partido a la piel? Quizá hasta hace unos años pensábamos que sí. Ahora, el skincare ha evolucionado, y más desde que el concepto de nutricosmética se convirtió en la combinación perfecta para el cuidado de la piel. ¿La razón? Unir nutricosméticos y cuidado de la piel significa nutrirla, fortalecerla e hidratarla. Diversos estudios han demostrado que los nutrientes proporcionados por los alimentos ingeridos pueden tener un gran impacto en la calidad de la misma. Si bien cada una de las capas de la tez tiene sus propias funciones, todas interactúan entre sí a través de un inteligente sistema de intercambio. Para ello fueron diseñados estos complementos alimenticios, quienes liberan gradualmente ingredientes activos que llegan a las capas más profundas y, tras ser absorbidos por el cuerpo, se extienden al resto de capas.
De la mano de LPG, una tecnología nacida en Francia que estimula con delicadeza la piel para reactivar la actividad celular dormida, y con el claro objetivo de optimizar los efectos de los tratamientos tópicos, esta innovadora visión de la belleza sugiere combinarlos con nutricosméticos y sus potentes activos, que actúan directamente sobre la tez y el cabello mejorando notablemente su salud y aspecto. Pues bien, para abordar su envejecimiento es importante focalizarse en tres elementos clave según los expertos dedicados a la investigación del mecanismo de la piel:
Todas estamos de acuerdo en que todo el tiempo empleado es poco cuando hablamos de hidratar el cuerpo y, por supuesto, la piel. Por desgracia, aunque hayamos cumplido con nuestra tarea desde jóvenes, uno de los primeros síntomas del envejecimiento es la deshidratación. La piel se vuelve menos tersa y la aparición de las primeras arrugas es inminente. La causa es mucho más simple de lo que nos pensamos: la disminución de la producción de ácido hialurónico, fuente principal de hidratación (comparable a una esponja, puesto que contiene hasta 1000 veces su peso en agua) que, a los 40 años, sus reservas pasan al 50%, y después de los 60 sólo queda un 10% de nuestro capital de este componente. Sin embargo, el consumo de nutricosméticos con ácido hialurónico permite frenar el avance de los signos del envejecimiento. Es el caso del potente concentrado hidratante, Acide Hyaluronique, de LPG que, tras 28 días de tratamiento tomando tan solo una cápsula al día, se observa un aumento objetivo de la hidratación cutánea (los 200 mg que contiene una dosis comprende más de 1 litro de agua). Al igual que la hidratación de la piel mediante la aplicación de cremas se ha convertido en una rutina esencial, la ingesta de ácido hialurónico por vía oral es el elemento esencial para realzar la belleza del cutis desde el interior. Una vez que se ingiera, penetre para extenderse a todas las capas desde el interior y se absorba para establecer una reserva de humedad, se producirá la estimulación de la renovación celular.
Como capa protectora que envuelve el cuerpo, el alto nivel de resistencia de la piel se debe a su densa red de fibras de colágeno, pero esta, con el tiempo, pierde densidad en dichas fibras y también en las de elastina, provocando así la pérdida de flexibilidad, luminosidad y suavidad. De hecho, en la dermis se encuentran altas cantidades de colágeno, los encargados de ayudar a realizar la función de soporte. Pues bien, aunque es a partir de los 30-40 años cuando esto comienza a ser visualmente palpable, LPG y su fascinante bebida de chocolate, sin azúcares y sin grasas, Collagéne, contiene la fórmula secreta. ¿El secreto? La combinación de colágeno de origen marino con péptitos de elastina, que van a conseguir que se recupere firmeza y densidad y se atenúen las arrugas profundas y líneas de expresión. De esta forma, tomar un sobre diario de este nutricosmético (mezclado con agua o leche caliente) se vuelve imprescindible a partir de los 40 años, siempre y cuando el objetivo sea ralentizar la pérdida de masa ósea, la flacidez y las arrugas, tres factores (muy) asociados al envejecimiento. Lo mejor es el resultado: después de 28 días se observa un 19% menos de arrugas profundas y, tras 3 meses, la piel se fortalece notablemente.
Los ácidos grasos insaturados, todos omega 3, 6 y 9, son famosos por su papel activo en el mantenimiento de la flexibilidad y elasticidad de la piel. Y son ellos, precisamente, el último elemento clave en el que focalizarse. Como precursores de los ácidos grasos en la película hidrolipídica, los omega 3 ayudan a combatir la sequedad cutánea y mejorar su elasticidad. Por su parte, los omega 6, son componentes esenciales en las membranas de las células epidérmicas y ayudan a suavizarlas y a mantener la película intacta. Por último, los omega 9, componentes naturales del sebo, refuerzan la elasticidad, hidratación, nutrición y apariencia juvenil de la dermis. Tal es la importancia de estos 3 ácidos grasos para restaurar la elasticidad que la solución que LPG propone es tomar 2 cápsulas de su nutricosmético, Oméga, después de comer. Compuesto por una mezcla de omega 3, 6 y 9 de origen vegetal derivado del aceite de sacha inchi (una fuente natural de vitamina A y E, ambas reconocidas por sus grandes propiedades antioxidantes), tiene como objetivo mejorar la suavidad y la flexibilidad de la dermis, además de hacerla suave y flexible y realzar la luminosidad natural del cutis.