Todo lo que la medicina estética puede aportar al rostro (palabra de experta)
De la mano de dos especialistas conocemos lo que podemos hacer para mejorar nuestro aspecto

La aparición de arrugas, el envejecimiento prematuro de la piel o la pérdida de estructura en zonas como los pómulos o el mentón son algunas de las preocupaciones de las mujeres en cuanto a medicina estética se refiere. Existen múltiples factores que hacen que nuestra piel envejezca: genéticos, ambientales, solares… Estos ‘enemigos de la piel’ han motivado que los tratamientos médico-estéticos ganen protagonismo.
Añadir a nuestra rutina cosméticos adecuados para las necesidades de cada tipo de piel puede ser un remedio muy efectivo cuando hablamos de combatir los primeros (y más livianos) signos de la edad. Sin embargo, existen otros cuidados que, según la Dra. Iratxe Díaz, “se utilizan en el rostro para recuperar volúmenes allá donde se han perdido, para tensar la piel y para recuperar la función muscular equilibrada”. La labor del médico-estético puede ayudar a estas y otras acciones, manteniendo un aspecto natural, fresco y respetando la individualidad de cada paciente.

A la izquierda, la Dra. Paula Andrea Benítez; a la derecha, la Dra. Iratxe Díaz.
“De esta forma podemos recuperar estructura y conseguir resultados más equilibrados y naturales”, explica la doctora. Eso sí, es importante tener en cuenta que los protocolos, necesidades y diagnósticos “varían con cada paciente”. ¿El motivo? Conseguir resultados personalizados.
Otra de las puntualizaciones que es conveniente resaltar es la de la Dra. Paula Andrea Benítez, quien explica que estos abordajes de estructura y contorno facial “no siempre están dirigidos a personas que van perdiendo el volumen graso y/u óseo con el paso del tiempo, sino también a pacientes jóvenes que genéticamente no presenten una estructura ósea definida o tengan un volumen graso insuficiente”. Es el caso de personas que tienen un mentón retraído, también conocido como retrognatia; poco ángulo mandibular; o pacientes con aspectos de cansancio en la mirada por una disminución/reducción del tejido graso en las mejillas u ojeras.
Los rasgos faciales del ser humano no paran de cambiar a lo largo de los años. Por ejemplo, cuando perdemos volúmenes en el rostro con el envejecimiento o cuando nacemos con falta de soporte en pómulos o arco mandibular, los tejidos blandos no tienen soporte y descienden debido a la gravedad entre otras causas. “Para recuperar el óvalo facial es indispensable un análisis global del rostro para lograr una armonía general. Se trabajan sobre todo la zona del tercio medio y superior como pómulos y área temporal y en segundo lugar la mandíbula y el mentón”, asegura la Dra. Paula Andrea Benítez.
Algunos procedimientos médico estéticos se deben controlar año tras año, aunque esto no significa que se tengan que repetir sin necesidad de un nuevo diagnóstico que tenga en cuenta cómo ha evolucionado el rostro. La propia Dra. Paula Andrea Benítez comenta que “debemos tener en cuenta que son productos biodegradables, es decir, el cuerpo los va desintegrando paulatinamente y no son permanentes”. Eso sí, es importante recalcar que los pacientes que fuman o hacen entrenamiento físico diario de dos o más horas, pueden acelerar esta reabsorción.
Los tratamientos estéticos faciales, según estudios, se pueden asociar con mejoras en el bienestar psicológico. Ambas doctoras están de acuerdo en que “la medicina estética puede contribuir a aumentar la confianza y el bienestar del paciente, que este a su vez exterioriza en su entorno, mejorando así su calidad de vida a largo plazo”. “La naturalidad y frescura del resultado hacen que se acepten como propios ya que se busca respetar la individualidad de cada paciente potenciando sus rasgos. Son una mejor versión de sí mismos”, concluyen.
ES-AGNA-220440
En colaboración con Allergan Aesthetics, an AbbVie Division