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De cachorro a adulto: así debes adaptar la comida de tu perro

Tu cachorro va creciendo y sus necesidades nutricionales se van transformando. Seguramente necesitará otro tipo de juegos y largos paseos por el parque, pero también una alimentación específica para su nueva etapa adulta, en la que no deben faltar los nutrientes que le harán seguir siendo el rey de la casa. Fuerte y sano

Ángela Zorrilla

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Cuando nuestros perros son cachorros es normal que corran como si no hubiera un mañana por los pasillos de casa. De pequeñas, las mascotas –como nos pasa a nosotros- se muestran más activas, juguetonas y son, generalmente, más tranquilas. Al crecer, se van haciendo menos curiosas y juguetonas y son, generalmente, más tranquilas. Gemma Baciero, veterinaria de Royal Canin acreditada por el grupo de nutrición de AVEPA (Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales), añade a estos cambios conductuales, otro muy importante: sus necesidades alimenticias.

“Durante el crecimiento, los cachorros tienen unas necesidades nutricionales muy altas y concretas, por ejemplo, necesitan un gran aporte de calcio o proteínas”, detalla. Cuando llegan a la edad adulta, los perros ya han cubierto esas necesidades y su alimentación tiene, únicamente, la función de contribuir a su buena salud. Por eso, explica Gemma que su dieta debe cambiar ya que “los alimentos de adultos deben aportar menos proteína y ser menos calóricos". Si se mantiene el alimento de cachorro, “le vamos a dar un aporte extra de unos nutrientes que ya no necesita”, puntualiza. 

¿CUÁNDO DEBO CAMBIAR LA ALIMENTACIÓN DE MI CACHORRO AL LLEGAR A SU ETAPA ADULTA?

Hacer ese cambio de alimentación es vital para evitar futuros problemas de salud, pero no te preocupes: no eres el único que tiene dudas. Entre los interrogantes más comunes están el de saber cuándo nuestro cachorro pasa a ser adulto y cómo hacer esa transición con su alimentación. Y es importante, sí, porque es negativo cambiarla antes de tiempo pero también hacerlo demasiado tarde.

Vayamos por partes. Cuando un cachorro deja de crecer y ha alcanzado su tamaño definitivo, es un adulto. En los gatos, suele ser en torno a los 12 meses y en los perros depende más de los tamaños y razas. Por ejemplo, en los canes pequeños (los que llegan a pesar entre 4 y 10 kilos) es sobre los 10 meses, en los perros de tamaño mediano (aquellos que pueden alcanzar entre 11 y 25 kilos), a los 12 meses y en los perros grandes, los que pesan entre 26 y 44 kilos, la edad adulta llega, aproximadamente, a los 15 meses. 

De todas formas, nada mejor como una consulta a nuestro veterinario. Él marcará los cuidados y las pautas alimenticias de nuestros compañeros de vida. “Los veterinarios son los que mejor pueden explicar estas necesidades y con quien los responsables del animal podrán resolver todas sus dudas”, explica Gemma Baciero. 

Y es importante contar con este asesoramiento porque, según diversos estudios, sigue habiendo mucha gente que introduce demasiado pronto un alimento para adultos. Y, según la veterinaria de Royal Canin, “si a un cachorro le das un alimento de adulto, le aportas una concentración de nutrientes más baja de la que necesita y esto puede tener un impacto en su desarrollo. Algo que sucede seguramente por desinformación”. Para ella, además, esta situación es especialmente preocupante cuando nos referimos a animales enfermos. 

El paso hacia un alimento de adultos

Es importante que esta transición en la alimentación de nuestros animales sea gradual. “Siempre que se cambia de alimento, hay que hacerlo poco a poco para acostumbrar a la flora intestinal y a la microbiota a digerirlos”, detalla la veterinaria. Si no se hiciera así, sería un cambio brusco de alimentación y podría causar principalmente, problemas digestivos como diarreas. Y, en alguna ocasión, vómitos. 

Generalmente, este proceso de transición necesita alrededor de una semana. Los dos primeros días, se puede incluir un 25% de alimento nuevo y el 75% del de cachorro. Si el perro tolera bien este cambio, continuamos. Los dos días siguientes el porcentaje ya será del 50-50. Finalmente, el quinto y sexto día, el alimento nuevo representará ya un 75% de la alimentación. A la semana, será el 100%.

Igual de importante es también elegir el alimento adecuado y saber cuál es la ración diaria recomendada para cada perro. Además, es necesario mantener ciertos hábitos. “Darles siempre la comida a las mismas horas y en los mismos lugares les da seguridad”. Esto, claramente, favorece a su tranquilidad y, consecuentemente, a su bienestar. Cuando un perro, por ejemplo, está bien alimentado salta a la vista. Si no lo estuviera, podríamos observar unas heces blandas, pérdida de pelo y un pelaje mate y apagado.

Más allá de estos cambios físicos, una mala alimentación en un animal adulto puede originar, entre otros problemas, sobrepeso y esto “tiene consecuencias metabólicas y respiratorias que pueden afectar muy negativamente a su calidad de vida”. Por lo tanto, hay que buscar un alimento “completo y equilibrado”, pero también “el adecuado para el estilo de vida, tamaño, edad, raza, actividad, sensibilidades… del animal”. 

Y, finalmente, saber cuál es la ración diaria recomendada. “Dar a nuestro perro un alimento de calidad en una cantidad tres veces mayor de la que necesita es perjudicial para él”, explica Gemma. Con esto, lo único que conseguimos es desequilibrar la alimentación, “al igual que si mezclamos un alimento de adulto con unas características concretas con las sobras de nuestras comidas”. No ser conscientes de estos detalles es poner en jaque la salud y bienestar de nuestro animal.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Royal Canin. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.