
¿Sabes de dónde viene la trucha que te estás comiendo?
Y quien dice trucha, dice lubina, dorada, corvina o atún rojo. La cercanía del pescado de acuicultura incrementa su calidad y reduce el impacto ambiental

La acuicultura española lleva años demostrando su compromiso con la naturaleza, y también con las personas. Prueba de ello, es que a día de hoy, nuestro país ocupa el primer puesto de la UE en cuanto a la obtención de animales marinos siguiendo este método. Esto ha sido posible, gracias a todas y cada una de las empresas que forman parte de este sector, el cual, dicho sea de paso, todavía es algo desconocido para la mayoría de la gente.
Algunos de los datos que reflejan este despunte enmarcado en la economía azul están recogidos en la última Memoria publicada por APROMAR (Asociación empresarial de acuicultura española). Según este documento, la Comunidad Valenciana es la de mayor cosecha de especies marinas (14.575 t), seguida por Murcia (11.368 t), Andalucía (con 8.664 t), Galicia (8.314 t) Canarias (5.676 t) y Cataluña (95 t). En cuanto a la acuicultura continental, Castilla y León es la máxima productora, seguida de Galicia, Cataluña y La Rioja.

Por otro lado, el número de instalaciones acuícolas en funcionamiento es de 5.102, las cuales se reparten entre las 4.842 de moluscos, 150 instalaciones de acuicultura continental y 110 de acuicultura marina.
Este mapa del cultivo de especies acuícolas y sobre todo, el reparto y dispersión de sus instalaciones garantiza, entre otras cosas, una amalgama de beneficios que pueden sintetizarse en tres: sostenibilidad, accesibilidad y calidad nutricional. Un trío, sin duda muy valioso, que constituye la base de la acuicultura española.
La cercanía como identidad de la acuicultura
Cada vez que incluyes en tu cesta de la compra una dorada o una lubina cultivadas en una instalación acuícola, estás contribuyendo a que la economía azul siga su camino. Un sector imparable que registra un crecimiento anual del 3,5% y que lidera la acuicultura.
Esta trayectoria y tendencia al alza, no solo se debe al esfuerzo de las empresas que se dedican al cultivo de especies acuícolas, también el consumo que hacemos todos es clave para que esta tendencia continúe y se consolide. Y es que, comer pescado procedente de la acuicultura es una de las mejores maneras de contribuir a preservar los ecosistemas acuáticos y proteger la biodiversidad, además de garantizar la igualdad social y la seguridad alimentaria.
Las ``estrellas`` indiscutibles de la acuicultura española son la lubina, dorada, corvina, rodaballo, lenguado, la trucha y el atún rojo.
Truchas, lubinas y mucho más
Las "estrellas" indiscutibles de la acuicultura española son la lubina, dorada, corvina, rodaballo, lenguado, la trucha y el atún rojo. Ahora bien, existen otras de menor producción, pero de igual importancia en cuanto a que sus cultivos forman parte relevante del sector acuícola español y contribuyen a su sostenibilidad actual y futura. Este grupo de especies lo integran el esturión (Acipenser sp.), la anguila (Anguilla anguilla), la seriola (Seriola dumerili), la tenca (Tinca tinca), el langostino (Litopenaeus vannamei) y las micro y macroalgas.
Estas especies conforman los menús de un nutrido número de hogares de nuestro país. De hecho, casi dos de cada tres pescados (a nivel mundial) que comemos provienen de la acuicultura. Y es que, a día de hoy, este método de cultivo representa casi el 60% del pescado total disponible en el mundo para el consumo humano, lo cual es una muy buena noticia, ya que, significa que vamos por el buen camino, el que lleva hacia la sostenibilidad del planeta.
Es importante destacar que los pescados procedentes de la acuicultura española son alimentos muy completos nutricionalmente.
Alimentación sana para todos
Hasta aquí hemos visto cómo afecta la acuicultura a nivel planetario, cómo su método de cultivo hace que la naturaleza no se agote, ni se vea perjudicada. Asimismo, este método de producción basado en la cercanía, garantiza un producto local, lo cual asegura un pescado fresco, accesible y de extraordinarias calidades a nivel nutricional.
En este sentido, es importante destacar que los pescados procedentes de la acuicultura española son alimentos muy completos nutricionalmente, ya que en su composición se incluye un variado número de nutrientes esenciales, como proteínas de alta calidad, ácidos grasos Omega-3, y vitaminas y minerales esenciales.
De todos estos nutrientes, los ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 son, tal vez, los más característicos y representativos, aunque no los únicos. Este tipo de Omega-3 incluye una gran variedad de diferentes ácidos que se pueden encontrar en los pescados, como los ácidos eicosapenico (EPA), docosahexanoico (DHA), alpha-linoleico (ALA) y docosapentaenoico (DPA).
La importancia de estas sustancias, desde el punto de vista de la salud, hace años que está sobradamente demostrada. Universidades, instituciones privadas y organismos públicos de todo el mundo coinciden en sus bondades nutricionales. Así resume la prestigiosa Clínica Mayo algunos de sus principales beneficios:
- Disminuye el nivel de los triglicéridos.
- Baja ligeramente la presión arterial.
- Disminuye la coagulación de la sangre.
- Reduce el riesgo de accidente cerebrovascular y de insuficiencia cardíaca.