Las cinco casas más impresionantes de California: mansiones icónicas, diseño de lujo y tesoros sorpresa

«En una tierra de terremotos, incendios y corrimientos de tierra, es peligroso enamorarse de una casa, pero las casas pueden hechizarte». Lo dice el británico Roger Davies, que las ha fotografiado para las revistas más prestigiosas del mundo y ahora publica el libro Beyond the Canyon. Inside Epic California Homes (Ed. Monacelli). Porque en California, a donde él se trasladó en 1992 para vivir en una destartalada cabaña junto a su familia, hay el mayor número de vivendas icónicas por kilómetro cuadrado del planeta.

«Por supuesto, hay surfistas, puestas de sol y coches deportivos, pero también hay una concentración de ambición creativa y una pasión por el diseño como en ningún otro lugar». En esos mundos privados que él hace públicos, ha encontrado más de un Óscar, el Halcón Maltés, cráneos de dinosaurios, obras de arte, búnkeres, una máquina Enigma de la II Guerra Mundial y un maletín de acero con el sistema operativo original de Apple y una inscripción: «Buena suerte».

«Estas casas fueron creadas por artistas que se esforzaron por ir más allá de los límites tanto arquitectónicos como paisajísticos y experimentar con formas de vida que les permitieran enamorarse», reconoce el fotógrafo. Estas son cinco de esas joyas.

En 1979, una terapeuta de danza, Joann Segel, encargó su casa al reconocido arquitecto John Lautner, cuyos proyectos estaban marcados por la era espacial. Él creó un refugio frente al mar, con una cubierta curvada en forma de concha y enormes ventanales.

Tras algunas reformas desafortunadas, su propietaria, la ex embajadora en Francia Jamie McCourt, recuperó su esencia junto al arquitecto Michael Kovac y el interiorista Waldo Fernández, que apostó por piezas de modernistas franceses, como Charlotte Perriand, y arte contemporáneo para crear espacios tan cálidos como sofisticados.

El arquitecto brasileño Óscar Niemeyer la diseñó en 1963 para el cineasta Joseph Strick y su esposa, Anne, a quienes les fascinaba Brasilia. Pero su apoyo a Fidel Castro, en plena crisis de los misiles, impidió que el arquitecto entrara en EE.UU. y le obligó a dirigir el proyecto por correo. La pareja se separó antes de que las obras terminaran, pero Anne vivió allí cuatro décadas. En 2003, unos promotores la compraron para derruirla, pero los coleccionistas y restauradores Michael and Gabrielle Boyd se hicieron con ella y la reformaron en colaboración con el propio estudio de Niemeyer.

En la legendaria Mulholland Drive se encuentra otra de las emblemáticas construcciones de John Lautner. Diseñada en 1962, es un icono arquitectónico que parece flotar sobre un cañón, gracias a una estructura de acero en forma de V que salva la diferencia de atura. El músico Russell García buscaba tranquilidad para componer y su esposa Gina, espacio para sus fiestas, así que una gran escalera separa la zona pública de la privada. Sus actuales propietarios construyeron la piscina según el proyecto original.

En las colinas de Malibú, sobre un acantilado con vistas al océano y rodeada de palmeras, se encuentra esta discreta vivienda firmada en 1956 Craig Ellwood, uno de los diseñadores estrella de la época. Hoy pertenece a los coleccionistas de arte Holly y Albert Baril, que han recuperado toda su pureza, tras encontrarla abandonada y cubierta de vegetación.

Cuando en 2008 el diseñador de interiores Roger Thomas y Art Libera compraron esta casa en un diminuto pueblo del norte de California, recurrieron al creador del proyecto, Daniel Solomon, para renovarla. En ella han mezclado, con maestría, los muebles franceses de los años 30 de André Arbus, con tallas religiosos del siglo XVI y serigrafías de Warhol.