Grandes Joyas
Grandes Joyas
Si hay una joya que define como ninguna otra el espíritu de la firma italiana Recarlo es el anillo solitario. Giorgio Re, CEO y responsable de la supervisión del equipo creativo y de diseño, lo corrobora asegurando que para escoger cada diamante existe un intrincado proceso, mediante el que los proveedores seleccionan las mejores piezas para ellos. Si tienen más de 0,15 quilates, llevan consigo un certificado gemológico que avala las características de cada diamante.
Gemólogo de profesión e hijo de Carlo Re, fundador de la firma, Giorgio no solo selecciona los diamantes y los materiales con los que trabaja Recarlo: también forma parte, junto a su hermano Paolo, del Consejo Directivo de la compañía. Hablamos con él, para descubrir cómo funciona desde dentro la firma del momento.
En su forma de expresarse, cualquiera podría adivinar que Giorgio Re siente auténtica pasión por su trabajo: «la he sentido desde que era pequeño, nunca pensé en dedicarme a otra cosa», se sincera. El creativo tuvo la suerte de crecer viendo florecer el negocio de sus padres a lo largo de los años y pudo soñar con continuar con el negocio familiar. Hoy, ese sueño se ha convertido en su realidad y Recarlo sigue creciendo con él y con su hermano.
Sobre su trabajo como responsable del equipo de diseño, área en la que es experto, Giorgio Re lo tiene claro: «Lo hago todo con mucha pasión, porque me encanta la joyería y el producto. Siempre intento conseguir lo mejor a nivel de diseño y en todos los sentidos. La proporción, la estética y el confort son fundamentales para mí. En un anillo solitario, que es algo muy sencillo y existen tantos en el mundo, es muy difícil diferenciarse. Solo cuidando los detalles se consigue diferenciarse de los demás», confiesa a Mujerhoy.
Su última colección, Anniversary More, de 16 exquisitos anillos abiertos, es un claro ejemplo de cómo han conseguido diferenciarse del resto de firmas del sector: está ideada para combinarlos entre sí y junto a los solitarios de infinitas formas, sin que ninguna sea igual a la anterior. Sumando así personalidad y significado a cada anillo, que ya de por sí es inédito: «No existe un diamante igual a otro en la naturaleza», confirma el gemólogo.
Para obtener las mejores gemas y diamantes, la enseña italiana tiene acuerdos con sus socios proveedores. «Trabajamos con ellos desde hace años y mantenemos excelentes relaciones comerciales. Ellos saben lo que nos interesa y hacen una preselección en la que recibimos los mejores materiales y tallas, en base a las que utilizamos. Según los tamaños y colores, creamos lotes íntegros, en los que conseguimos todas las medidas. Después, tenemos un equipo interno que los selecciona y clasifica por color, talla, pureza y dimensión», expone Giorgio sobre el proceso.
Los diamantes que tienen más de 0,15 quilates vienen con un certificado gemológico en formato de microfilm que especifica las cualidades de cada piedra. Además, sobre ella, viene grabado el número de serie del certificado. «Este certificado gemológico proviene de un laboratorio reconocido a nivel mundial, que siempre se puede mostrar al cliente final», explica Giorgio, por lo que el proceso es completamente trazable. «Para nosotros, la transparencia es fundamental», termina el responsable de diseño.
No existe un estilo más distintivo que el de Recarlo. La última piedra con la que se han diferenciado del resto es el diamante Fancy Yellow, que destaca por su color amarillo y su rareza: convierten cualquier joya en una mucho más especial. «Utilizamos tres tipos de diamante Fancy: Fancy, Intense y Vivid. No usamos el Fancy light, porque es demasiado claro», explica Giorgio Re.
Los lugares de los que se obtienen los diferentes diamantes también son diversos. «Los diamantes blancos proceden en su mayoría del norte o noreste de Canadá, porque en esta parte del hemisferio está la concentración más alta de colores en diamantes en bruto», asegura.
Por otro lado, los diamantes Fancy, habitualmente hallados en zonas del mundo como la India, ahora los encuentran en Sudáfrica o Australia. «La razón de que un diamante aparezca en color amarillo en la naturaleza es el nitrógeno: si durante la cristalización del diamante, hay algún átomo de nitrógeno, la piedra puede conseguir este color. Mientras que en los diamantes blancos el nitrógeno es casi inexistente o no hay nada», aclara.
«Las piezas que creamos con este tipo de diamantes son únicas, su color es natural y cada piedra tiene una pureza, un color o quilates diferentes… la talla se escoge en función de sus características naturales, y eso es lo que los diferencia», continúa ilustrando. Es por esto, y por el cuidado en cada detalle, por lo que Recarlo es la firma idónea en la que confiar a la hora de proponer matrimonio. Sea con diamantes amarillos o los blancos y clásicos de toda la vida: no hay margen de error.