Jean Paul Gaultier en el estreno de su Fashion Freak Show en Barcelona. / DR.

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Gaultier se desnuda sobre el escenario en su Fashion Freak Show en Barcelona

El diseñador cuenta la historia de su vida con una obra que combina cabaret con musical y se podrá ver en el Teatre Coliseum hasta el próximo 21 de abril.

Jean Paul Gaultier, el eterno enfant terrible de la moda francesa, acaba de aterrizar en Barcelona con su espectáculo Fashion Freak Show (en el Teatre Coliseum hasta el 21 de abril), una obra escénica que combina cabaret y comedia musical y en la que desnuda sin miedo alguno y resume su vida personal y profesional, así como los últimos 50 años de la cultura pop.

«Siempre que me han entrevistado a lo largo de los años, me preguntaban por mi vida. Así que decidí poner mi historia de alguna manera sobre un escenario», nos cuenta poco antes del estreno barcelonés al hablar del germen que lo motivó a concebir y dirigir este espectáculo en el que, por supuesto, también ha diseñado todo el espectacular vestuario y que por momentos toma claves de un desfile de moda, de un concierto, de una revista musical, de un show burlesque y hasta de un sex club.

Jean Paul Gaultier junto a una de sus actrices. / D.R.

Cuando se cumplen cinco años del estreno de este show en el Folies Bergère parisino y que ha recorrido ciudades como Londres o Tokio, Gaultier ha querido que la producción que puede verse en la ciudad condal cuente con algunos elementos inéditos y que el hilo musical abarque desde la música disco hasta el punk, del rock al funk o la new wave, todo un recopilatorio que lo ha acompañado a lo largo de su vida y que pone banda sonora a su paso por la escuela a la muerte del amor de su vida o a los grandes éxitos profesionales de su carrera.

Cartel que presenta el espectáculo de Jean Paul Gaultier. / D.R.

Gaultier nunca ha sido un creador al uso y en esta magnífica producción en la que intervienen 18 actores, bailarines, cantantes y artistas de circo, tampoco se ha dejado guiar por las convenciones y hace gala de su parte más irónica, burlona, paradójica y de rebelde creatividad.

Hasta con el título, Fashion Freak, juega Gaultier con esa contradicción entre lo que la moda y la sociedad establecen y la individualidad y «rareza» que marca quien es considerado friki. «La vida es un juego», resume. «Así lo he entendido siempre, lo que no impide que sea una persona seria que se toma en muy serio siempre lo que hace. Pero esto es un juego».

El precipicio entre lo correcto y lo incorrecto, la frontera entre lo convencional y lo vanguardista, lo elegante y lo vulgar juegan un papel crucial en el desarrollo de la obra, que cuenta cronológicamente el devenir de este ilustrado de la moda que es Gaultier.

Rossy de Palma y otras estrellas también participan en el espectáculo desde una pantalla gigante en la que actúan como personajes determinantes en la personalidad de Gaultier. En el Caso de Rossy de Palma, como maestra de escuela que no entiende muy bien las aptitudes diferentes de su joven pupilo respecto al resto de alumnos.

El espectáculo, en dos actos y que maneja a la perfección los tiempos de una obra con planteamiento, nudo y desenlace, es un recorrido cronológico por una personalidad y talento único que no teme ni la autocrítica ni reirse de sí mismo, que de hecho incorpora como un elemento esencial en la trama y el desenlace de la obra.

Si la propuesta conceptual es brillante (un cabaret parisino para envolver una vida digna de película, de libro o de obra teatral), el resultado técnico es igualmente extraordinario en el casting de protagonistas y en todos los aspectos técnicos (de la iluminación a la elección de hits musicales).

No podía ser, en cualquier caso, de otra manera. Tiene el sello Gaultier. Es Gaultier al desnudo.