
PRENDAS CON HISTORIA
PRENDAS CON HISTORIA
La historia de la moda está plagada de hitos estilísticos que han marcado un antes y un después en el devenir de las tendencias. Piezas que, bien por la revolución que han supuesto a nivel global o por el significado que han tomado en el momento de su lanzamiento, se han quedado ancladas como prendas icónicas en nuestra memoria colectiva.
También por las grandes mujeres que las han vestido en episodios clave de la historia y que han hecho que esas prendas se asocien, de manera inseparable, de los iconos de estilo que en su momento las vistieron. El cine ha tenido mucho que ver en la creación de este imaginario sartorial, con looks de la gran pantalla que han marcado una época, pero en este repaso por la historia de la moda también encontramos royals (de Grace Kelly a Diana de Gales o la reina Letizia) y grandes estrellas de la música que, con sus estilismos disruptivos, han dado forma ellas mismas la tendencia.
Como ya te contamos aquí en profundidad, el de Grace Kelly en su boda con Rainiero de Mónaco ha sido el vestido de novia más influyente (y más copiado) de la historia. Creado por Helen Rose, diseñadora de Metro-Goldwin-Mayer, el imponente look nupcial fue un regalo de la todopoderosa productora de Hollywood a la princesa y, en su día (1957), costó 60.000 dólares.
El look de Grace Kelly incluía un vestido de escote corazón y falda corola de tafetán de seda con fajín y una chaquetilla de encaje con cuello Mao, manga larga y botones que cubría el corpiño, con botonadura frontal. El velo de tul nacía de una pequeña diadema de flores sobre un casquete bordado con perlas y puntilla de Julie Cap diseñada ex proceso para que las cámaras pudieran ver la cara a la novia durante la ceremonia. Desde entonces, la imagen imponente de la princesa de Mónaco vestida de novia ha inspirado a otras royals y famosas el día de su boda: de Marie Chantal Miller a Lady Kitty Spencer, Sassa de Osma, Nicky Hilton, Kate Middleton o Tamara Falcó.
Aunque el 'petite robe noir' fue una de las grandes obras de arte que Coco Chanel aportó a la historia de la moda, el LBD es indisociable de la imagen de Audrey Hepburn en su papel de Holly Golightly'. Y de la firma de Hubert de Givenchy: la actriz y el couturier vivieron una de las 'historias de amor' más fructíferas en términos de estilo entre un diseñador y su musa.
Desde que se conocieron a finales de los 50, la actriz exigió por contrato que el diseñador fuera el encargado de crear el vestuario de todas las películas en las que participaba, de Sabrina a Una cara con ángel, Charada y la que nos ha dejado los looks más icónicos, Desayuno con diamantes. También la vistió de novia en sus dos matrimonios: « Solo en sus prendas me siento yo misma. Es mucho más que un coutourier, es un creador de personalidad».
El 19 de mayo de 1962 Marilyn Monroe subió al escenario del Madison Square Garden de Nueva York para entonar el famosísimo 'Happy birthday, mr. president' a JFK. Una actuación que ha pasado a la historia, precisamente, por la intrahistoria de pasiones, celos, (abuso de) poder y escándalo que la rodeaba. La tentación rubia había mantenido un idilio con el presidente, pero también con su hermano Robert. Y solo unos meses después de aquel momento viral (cuando lo viral aún no existía), la actriz apareció muerta en su casa en extrañas circunstancias.
Aquella noche, una Marilyn en sus horas más bajas era un manojo de nervios que había estado ensayando durante horas la entonación de la famosa melodía. Y apareció, como una diosa, enfundada en abrigo de armiño blanco que, segundos después, dejó a la vista un imponente vestido joya de gasa beige con 2.500 cristales de Swarovski cosidos a mano que ya es historia de la moda. Creado por Jean-Louis, la prensa lo describió como «la ilusión de la desnudez bordada con brillantes», y la actriz lo compró por 12.000 dólares. En 2016, alcanzó 4.8 millones de dólares en una subasta y en 2022, lo volvió a lucir con polémica Kim Kardashian en la gala del MET.
El 22 de noviembre se cumplen 60 años del asesinato del presidente Kennedy en Dallas. El terrible magnicidio sacudió la política internacional, pero también creó un mito: el de Jackie Kennedy convertida en viuda de América. Y la imagen de la primera dama aquel día, con un elegantísimo dos piezas de tweed rosa con su sombrero pilbox a juego, pasó a la historia.
Jackie fue un icono de estilo antes, durante y después de JFK. Pero, sin duda, su look más icónico (y dramático) fue ese dos piezas de tweed rosa que, durante años, se atribuyó erróneamente a Chanel. Para ira de las damas del Partido Republicano (que no cesaban de criticarla por recurrir siempre a la moda europea), el traje en cuestión era de Chez Ninon, un taller de Nueva York que, según los patrones, directrices y tejidos de la 'maison', confeccionaría los modelos de Chanel para que la Primera Dama pudiera presumir del 'allure' parisino, sin renunciar al 'made in America'.
Damos un salto en el tiempo y, del glamour de los 60 pasamos a la provocativa imagen de Madonna y su 'Blonde Ambition Tour' de 1990. Más allá de los himnos de la cantante sobre el escenario, el vestuario que creó para la gira Jean Paul Gaultier ha marcado un antes y un después no solo en la historia de las tendencias, sino también en la fructífera relación entre la moda y la música.
En Abril de 1990, en la ciudad japonesa de Chiba, Madonna arrancaba su gira con la canción Express yourself, pero pocos recordarán los primeros acordes ante el revuelo que generó la ambición rubia cuando se despojó de la chaqueta negra que llevaba y mostró el look que Jean Paul Gaultier había diseñado en exclusiva para ella. La propia cantante fue quien pidió al diseñador que creara el vestuario, y tras tres meses trabajando juntos en él a caballo entre Nueva York y París e inspirándose en las grandes divas del Hollywood dorado o la película Cabaret, el resultado fue el icónico corsé de satén rosa con las copas en forma de cono.
La noche del 29 de junio de 1994 Lady Di estaba invitada a la fiesta benéfica anual que la revista Vanity Fair celebraba en la Serpentine Gallery de Londres, y como todos los actos a los que acudía, iba a ser la estrella de la noche. Pero nadie imaginaba de qué manera. Pocas horas antes, Carlos de Inglaterra confesaba en televisión y en prime time lo que todo el mundo sabía: que durante casi todo su matrimonio le había sido infiel a Diana con Camilla Parker, la ahora reina de Inglaterra.
La Princesa de Gales tenía dos opciones: esconderse tras esta humillación pública, o brillar más que nunca. Y, obviamente, eligió la segunda con su ya histórico revenge dress o vestido de la venganza: un impactante diseño de Christina Stambolian que llevaba tiempo en su armario pero que Lady Di no se había atrevido a lucir. Hasta entonces. Diana debía haber llevado un elegante Valentino acorde a los cánones de estilo de los Windsor, pero a última hora se decantó por este mini vestido negro ajustadísimo con escote 'off the shoulders' y bajo asimétrico con el que dio la mejor lección de empoderamiento que recordamos y que, ahora, casi 30 años después, obsesiona a las millenials.
Ese mismo año 1994 y también en Londres asistimos a otro momento histórico en la historia de la moda. En este caso, fue en la alfombra roja de Cuatro bodas y un funeral, a la que Liz Hurley acudió acompañando a su marido, Hugh Grant, protagonista de la cinta. La actriz no encontraba quien la vistiera para el evento, pero de repente y por sorpresa, apareció 'That dress'.
Y no es que nosotras lo llamemos así, es que el imponente vestido de seda y lycra de Versace, sexy como ninguno, con atrevidas aberturas, los famosos imperdibles dorados colocados de forma estratégica y un escotazo de vértigo, ha pasado a la historia de la moda como 'That dress'. Tal y como contó la actriz «esetraje fue un favor de Versace porque yo no podía comprarlo. Su gente me dijo que no tenían vestidos de noche, pero quedaba una prenda en la oficina de prensa. Entonces me lo puse y listo».
La foto de Jennifer López con un imponente vestido de gasa transparente con estampado selvático y escote hasta debajo del imbligo en los MTV del año 2000 rompió Internet. Y también significó el nacimiento de Google Imágenes. Como el de Liz Hurley lo firmaba Versace y, sin duda, ha sido uno de los looks más icónicos jamás visto sobre la alfombra roja.
Tanto es así, que 20 años después la mismísima JLo se subió a la pasarela de Milán para desfilar con 't he real jungle dress' de la mano de Donatella Versace. Según un comunicado de la firma, la colección primavera/verano 2020 quería celebrar aquel histórico momento que represente «el espíritu de innovación que nació de Milán hacia la alfombra roja de Hollywood para acabar en Silicon Valley» y sobre el que la propia diseñadora recuerda: «¡Fue increíble! El mundo entero tuvo la misma reacción y se quedó con la boca abierta. Hoy vivimos en un mundo tecnológico pero, en aquellos tiempos, un solo evento provocó la creación de una herramienta que ahora forma parte de nuestras vidas».
El 14 de mayo de 2004 Letizia Ortiz debutó a lo grande ante la realeza europea. Pocos días antes de su boda, asistió como invitada al enlace de Federico de Dinamarca y Mery Donaldson en Copenhage para pasar el difícil examen de los royals. Y sacó matrícula de honor con un imponente vestido rojo de Lorenzo Caprile que, casi dos décadas después, muchos siguen (seguimos) considerando su mejor look.
Al parecer, Caprile recibió el encargo de crear una pequeña colección para transformar a la periodista en princesa a través de sus looks. Y con el primer look que lució del que durante un tiempo fue su modisto de cabecera, se coronó como reina de estilo. El vestido en cuestión era un impecable diseño de crepé de seda rojo con una elegante cola de tul, de líneas rectas y con un escote Bardot drapeado rematado con unas delicadas mangas semitransparentes. Letizia lo combinó con un clutch joya, zapatos de Pura López y los dos broches Art Decó y los pendientes de rubíes y diamantes del joyero personal de la Reina Sofía. La guinda la puso su recogido retro con ondas al agua.