Musa De Narciso Rodríguez

Mica, la modelo argentina a la que todos quieren: «A las mujeres se nos ve ya de otra manera»

La top porteña, una de las modelos más cotizadas y musa del nuevo perfume de Narciso Rodriguez, All of Me, posa con las piezas que marcan el otoño. Sofisticación serena es la clave.

Contabilizar las campañas de Mica Argañaraz (Argentina, 1992) tiene miga: Versace, Chanel, Tom Ford, Fendi, Louis Vuitton, Michael Kors, Yves Saint Laurent, Givenchy, Prada, Alexander McQueen, Bottega Veneta, Karl Lagerfeld, Mango, H&M, Calvin Klein... A los 31 años, esta mujer nacida en una familia numerosa es un icono de la industria, en cuya profesionalidad confían las firmas más relevantes, desde que saltó a las pasarelas hace ya una década.

Algunos años ha hecho más de 100 desfiles, pero «ahora me lo tomo con más calma», dice con sensual acento porteño. «Hubo momentos de locura», sonríe esta amante de las letras de Bob Dylan y de Borges. Su aparición en la escena internacional obtuvo frutos desde el primer día, por su altura de casi 1,80 metros, su estructura ósea «extraterrestre», unos rasgos angulosos y enigmáticos, y una media melena ondulada que entonces no se veía en las pasarelas y que ella puso (y mantiene) de moda. Tras un parón voluntario de varios meses, la top vuelve a la acción como musa de la campaña del nuevo perfume de Narciso Rodríguez, All of Me. «La protagonista tenía que ser ella», nos dice el diseñador.

Mica, con vestido de escoet asimétrico de Narciso rodríguez, joyas de Swarovski y Suma Cruz y zapatos de Manolo Blahnik. / Ana Abril

MUJERHOY. Es usted la Maradona o la Messi de la moda. Su país no ha dado otra modelo con semejante repercusión.

MICA ARGAÑARAZ. Primero que nada, mil gracias por la comparación; que haga usted ese juego con Maradona es un todo un honor. Pero es difícil decirlo así cuando una piensa en sí misma, por pudor y prudencia, aunque me siento muy halagada. Soy humilde y ése es un rasgo de mi personalidad que me gusta, porque conecto mejor con la gente que no es soberbia ni egocéntrica. No puedo decir si soy la Messi de la moda, pero sí me siento orgullosa del trabajo hecho y de representar a Argentina de alguna manera. Cuando vuelvo a mi país, compruebo el cariño de la gente y es algo precioso. También me lo cuenta mi familia, que obviamente siempre ha estado a mi lado, pero que me pone al día de todo lo que les dicen cuando no estoy.

Body de Narciso Rodríguez y sandalias de Mango: Foto: Ana Abril

¿Tiene familia numerosa?

Sí, somos cuatro hermanos: tres chicas y un chico. La mayor, Milagros, tiene dos niños a los que adoro. Yo soy la segunda y detrás están Jimena y Rafael, el más pequeño.

¿Le pesa la responsabilidad por no equivocarse?

Yo no me había imaginado llegar a donde he llegado en la moda, haber trabajado con tanta gente tan buena. Y es muy reconfortante que reconozcan tu trabajo y que la gente te ofrezca su cariño; y ahí es cuando noto esa responsabilidad, cuando me lo dicen. Pero cuando estoy haciendo un trabajo, solo pienso en hacerlo bien.

Body y camisa de Narciso Rodríguez, botas de AGL y anillos de Suma Cruz. Foto: Ana Abril.

¿De niña soñaba con ser modelo?

En absoluto. Siempre he sido tímida; aún lo soy, aunque he aprendido a lidiar con la atención de los demás, con el interés exterior, la fama o como quiera llamarlo. Pero soy tímida por naturaleza y jamás me había planteado tener un trabajo con repercusión pública. Pero sucedió y, cuando empecé, la verdad es que me sentí bien posando como modelo.

Aunque suene a tópico, la descubrieron por la calle. ¿Cómo fue?

Sí, a los 13 años, y no le di ninguna importancia. Estaba aún en el colegio y me olvidé del asunto. Pero cuando empecé a estudiar Cine e Historia del Arte en Buenos Aires, me volvieron a proponer trabajar como modelo un día por la calle. Entonces trabajaba en un bar y también cuidaba niños para ganar algo de dinero, así que envié las fotos que me pedían por si podía sacar un extra. Trabajé poco tiempo allí y dejé los estudios, porque cuando apenas llevaba unos meses llegaron de la agencia de París para hacer una búsqueda, me cogieron y me fui a Francia.

Top de red metálica de Suma Cruz, pantalón de Narciso Rodríguez y sandalias de Mango. Foto: Ana Abril.

Y tuvo éxito desde el principio.

Bueno, el primer año fue un poco de aprendizaje, de informarme sobre cómo es el negocio, quiénes eran los fotógrafos, los diseñadores...

¿Decide usted sus trabajos?

Tomo la última decisión. Escucho a mis agentes y confío en ellos, pero me gusta elegir proyectos que tienen que ver con mi personalidad. Tengo relaciones personales con fotógrafos, estilistas, diseñadores... y es algo que disfruto. A Narciso lo conocí en sus desfiles. Recuerdo que entré en un casting, hablamos en español, hubo empatía... Con él me siento como en casa. Así que, cuando lo reencontré para hacer la campaña, fue relindo, muy dulce.

Vestido de Narciso Rodríguez y sandalias de Mango. Foto: Ana Abril.

¿Piensa en un futuro sin la moda?

[Risas]. Sí, todos los días. Pero hago otras cosas: tengo mi estudio en París donde voy a pintar casi todos los días. No pienso por ahora en una exposición, lo hago por necesidad expresiva. Pensaba que esta profesión sería más breve, pero ahora soy la pintora tímida, la modelo con proyección...

Cambiamos con los años...

¡Exacto! Y te das cuenta de que puedes hacer varias cosas. No tienes que ceñirte a una, eres varias. Las modelos que triunfaban hace 30 años tienen hoy otros intereses vitales, pero cuando quieren volver a trabajar, lo hacen. En eso también han cambiado mucho la moda y la sociedad. A las mujeres se nos ve ya de otra manera.

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