Radiografía de la alpargata: de origen humilde a ser calzado de royals

Llega un momento del verano, en el que la reina Letizia cambia todos y cada uno de los modelos de su zapatero por uno solo: la alpargata . Y no vuelve a dejarse ver llevando otro calzado hasta bien entrado septiembre. Si bien es cierto que, entre junio y agosto se cuela alguna sandalia plana en su vestidor y algún que otro salón en los eventos más formales, estas apariciones son puntuales.

Como ella, muchas otras royals europeas, también llevan diferentes modelos de alpargatas en sus apariciones públicas estivales. Kate Middleton o Mary de Dinamarca son un claro ejemplo y apuestan por ellas en ocasiones relajadas, pero otras Beatriz o Eugenia de York, incluso se atreven con ellas en bodas y eventos formales, lo que elimina de un plumazo cualquier prejuicio sobre el mencionado zapato.

Las firmas que suelen elegir estas mujeres cuyas elecciones estilísticas tienen repercusión internacional suelen ser españolas, dado el origen y desarrollo de la alpargata. Entre ellas destacan Castañer, Macarena, Vidorreta, Clooui, Mint & Rose, Gaimo, Espardenyes Torres… firmas que han contribuido a elevar el origen humilde y campesino de la alpargata, hasta las esferas más altas de la sociedad.

Aunque un modelo muy parecido de calzado nació en Egipto, fue en España donde se consolidó el calzado conocido como espardenyes (espardeñas). Las primeras alpargatas encontradas en registros históricos datan del siglo XIV y se utilizaban como calzado militar, por parte de los soldados que luchaban contra las tropas del al-Ándalus. Después, pasaron a ser un calzado campesino por su comodidad y bajo coste.

Gracias al paso del tiempo a figuras como doña Letizia, la alpargata hace décadas que dejó de ser un calzado campesino. A pesar de estar confeccionada en materiales humildes como el esparto, el hecho de que mujeres relevantes de las altas esferas, la cultura o la moda empezaran a llevarlas (mucho antes que la reina Letizia), cambió el destino de las espardeñas para siempre.

Simone de Beauvoir o Coco Chanel romantizaron la alpargata hasta convertirla en un básico de la Riviera francesa. Grace Kelly terminó de consolidarlas como calzado de culto para el verano, no solo al utilizarlas en largometrajes como High Society (1956), sino también por lucirlas después, en su vida privada como princesa de Mónaco.

Cuando las firmas de lujo quisieron subirse al carro de la alpargata y comenzar a fabricar, muchas confiaron en Castañer, la enseña española fundada en 1927 y consolidada internacionalmente como una de las más prestigiosas. Lanvin, Hermès o Louboutin fueron de las primeras en hacerle sus encargos.

En los 70, el sentido de la alpargata cambió para siempre gracias a Saint Laurent, que las incluyó por primera vez con cuña en un desfile de verano. Ahora, son pocas las firmas de lujo que no las incluyen, en todas sus formas, en sus colecciones estivales. Chanel lo hace en su línea Coco Beach, ideada para las vacaciones cerca del mar.

La cumbre de la OTAN celebrada en Madrid el pasado verano, puso de manifiesto que las mujeres más importantes de la política (y sus estilistas), sabían que el calzado más adecuado para este evento era la alpargata, Jill Biden incluida. Ahora son un zapato cómodo con el que derrochar estilo y combinan a la perfección con todos los vestidos de verano.