moda

La segunda generación

La nueva era del imperio Tous está en manos de tres mujeres. Su meta: alcanzar más cotas de éxito

Vicepresidenta, presidenta y directora de I+D de Tous / césar lucadamo

beatriz navazo

En Manresa, en la cuenca del Llobregat, los dominios de la vieja industria textil catalana, todavía quedan algunas fábricas en pie. Aunque hace mucho que de ellas ya no salen paños. La más antigua es hoy sede central de la firma de joyería Tous. El edificio de ladrillo, acero y cristal es un fiel reflejo del modo de hacer las cosas de la marca, que fusiona tradición y artesanía con tecnología y sostenibilidad. Al traspasar las puertas, el icono del osito, omnipresente, da la bienvenida.

En la última planta, la familia Tous se ha construido un gran loft con paredes de cristal. Y allí, en una cocinita, es donde comienza cada jornada de trabajo para las Tous, con un café y 15 minutos de charla (la reunión del consejo, una nueva idea, los niños...). Una de las rutinas que Rosa, Alba y Marta Tous han heredado de sus padres, como aprendieron a amar la joyería y a encontrar su lugar en la empresa familiar.

Ha pasado medio siglo desde que Salvador Tous y Rosa Oriol se casaron y se hicieron cargo de la humilde joyería de los padres de él en Manresa. Sus hijas crecieron en esa tienda: merendaban allí al salir del colegio, jugaban en el taller y trabajaban tras el mostrador los veranos. "Las joyas son fascinantes y no es lo mismo vender una sortija que pescado. A todas nos enganchó y nunca hemos tenido intención de tirar por otro lado", cuenta Alba, que aprendió el oficio trabajando codo con codo con su padre, a quien relevó en la presidencia en 2008. "La empresa nos atrapó", añade Rosa, vicepresidenta y la mayor de las hermanas.

La ambición de la ternura

En 50 años, aquel modesto comercio se ha convertido en un imperio joyero con más de 500 tiendas en los cinco continentes y una cifra de ventas de 368 millones de euros en 2015. ¿El secreto de su éxito? Trabajo, constancia, exigencia y un punto de atrevimiento. "Si quieres algo, no puedes sentarte a esperar, tienes que hacer que ocurra. No hay que tener miedo a equivocarse", señala Rosa Tous. Y es evidente que en su trayectoria han pesado mucho más los aciertos. El primero fue encontrar (casi inventar) un nuevo tipo de clienta.

"Si quieres algo, tienes que hacer que ocurra. Sin miedo a equivocarte".

"Mi padre supo ver dónde había un hueco. Porque entonces existían o la típica joyería de pueblo que vendía medallitas o la alta joyería. Pero las intermedias, informales, para el día a día, no existían. Fueron muy visionarios. Querían que la clienta no viniera solo en fechas especiales, sino cada mes. Que fuera tan normal cambiarse de camisa como de pendientes o collar", reflexiona Alba. Otro de los grandes aciertos fue el oso, ese icono que ha convertido la marca en reconocible en medio mundo. "Todos hemos sido niños y tenemos recuerdos vinculados a un muñeco muy querido. Eso es igual en todas partes, no hay que traducirlo", cuenta Rosa.

Alba Tous: presidenta. "Las falsificaciones no me quitan el sueño pero me dan rabia e invertimos mucho dinero para que no se produzcan. Hacemos todo lo legalmente posible. Nos matamos en hacer diseños, patentarlos... y verlos a dos metros de los escaparates de la tienda, en el suelo y a 7 euros, me da rabia, sí". / César lucadamo

Cada año salen 30 colecciones. "Queremos estar presentes en todos los momentos de nuestras clientas", explica Marta, al frente del departamento de I+D. Con este propósito, aclara, clasifican sus productos en tres categorías. "Fan, que es el oso, las piezas más clásicas; la línea Trendy, que dura una temporada y es más de tendencia. Y, por último, la categoría Elegant, que son joyas más importantes, con oro, gemas...".

Con esta filosofía, en 2015 la firma creció un 13% en España y un 27% fuera. Pero las hermanas Tous quieren más. Su reto inminente es la conquista de China y Estados Unidos. "Son mercados muy difíciles. En EE.UU. llevamos ya 10 años picando piedra. Pero estamos empeñados en conquistarlo. Es un mercado clave porque, si quieres ser una marca reconocida en todo el mundo, tienes la obligación de estar ahí". El oso quiere comerse el mundo.

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