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Tres amigas mirando ropa. /
El final del verano empieza cuando las tiendas online comienzan a bombardear con las nuevas colecciones. Resultado: a mediados de agosto tenemos ya unas ganas de calzarnos las nuevas tendencias que rezamos para que llueva. Otra cosa es que, agotadas las vacaciones, una vez llegado el momento de las compras, nos quede algo que gastar. Pero hasta las que estamos condenadas a la ropa del otoño pasado tenemos opciones de actualización. Toma nota.
Invierte en pendientes enormes. Cuanto más grandes y apabullantes mejor. Lo importante es que capturen toda la atención que no necesitas sobre ese abrigo de hace tres años.
Apúntate al chándal con tacones. Cuanto más sencillo, monocromo e insustancial, mejor. Seguramente tienes ya algún pijama que acompañado de unas buenas botas de tacón pasan el corte de la última tendencia.
Reutiliza el vestido de flores. Sigue la fiebre botánica, así que no guardes ese vestido que tantas alegrías te ha dado este verano. Póntelo con una camiseta o camisa debajo para cubrir más piel. Las superposiciones son la jugada maestra de las estilistas expertas.
Utiliza una riñonera como cinturón. Puede ser una estrategia perfecta para actualizar el chaquetón o el abrigo que este año vuelves a no quitarte.
Hazte con unas botas calcetín. Si tienes que comprarte una pieza esta temporada, que sean una de estas botas, especialmente si son rojo intenso o de cualquier color neón.
Las medias es el mensaje. Este otoño dará igual si la falda negra es la de siempre o no si las combinas con unas medias que tenga un protagonismo excepcional: desde mensajes a topos o las clásicas rejillas.
Apúntate al tul. ¿Tienes una cita especial? Prueba a superponer una falda de tul sobre tu 'look' de todos los días. Cuidado: solo apto para muy muy delgadas.
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