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El mundo de la moda dirige sus pasos hacia París, donde se está celebrando la Semana de la Moda. Ayer, la cita era inexcusable: Kim Jones mostraba su última colección de hombre para Louis Vuitton y todo el mundo quería rendirle homenaje antes de que tomara rumbo hacia su nuevo destino (se rumorea Burberry). Naomi Campbell y Kate Moss cerraron regiamente el desfile, vestida con sendas gabardinas y botas de la firma. Sin embargo, Victoria Beckham se las arregló para convertirse ella misma en la estrella de la reunión. Su inteligencia de estilo es suprema.
Su salida del hotel Ritz París en dirección al destino fue antológica: vestida de pies a cabeza con ropa de hombre, se las arregló para convertir a su marido, David Beckham, y su hijo, Brooklyn, en meras comparsas de su superioridad 'fashionista', hasta en el campo “contrario”. Con unos pantalones en un fuerte color mostaza, una camisa a rayas violetas, jersey de cuello alto y un abrigo color camel, eclipsó absolutamente a su marido, que combinaba pantalones y jersey de intenso azul y abrigo verde, y a su hijo, quien llevaba una camisa roja de Louis Vuitton y vaqueros. Victoria parecía sacada de un editorial de moda tributo a los años 70, con un 'look' que bien hubiera podido llevar Bianca Jagger o Marisa Berenson.
La feliz pareja, que hace ahora 18 años de casados, junto a su hijo mayor parecen estar disfrutando muchísimo de su estancia en París, un viaje que además les ha sacado de casa muy oportunamente. El último ' lookbook' de la colección de gafas de Victoria ha causado mucha polémica en su país por fotografiar una modelo extremadamente delgada.