Sabemos de dónde sacaron las 'celebs' sus looks religiosos
Los looks más sonados de la Gala Met tienen un origen. ¿En qué se inspiraron los diseñadores para hacer los trajes de la celebrities?
10 Fotos
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Lo sabemos todo: dónde, cómo y porqué copiaron sus increíbles 'looks' los invitados VIP a la gala del Costume Institute del museo Metropolitan de Nueva York. Bueno, en realidad no lo hemos descubierto nosotras, sino un maravilloso perfil de Twitter llamado TabloidArtHistory que ha mostrado las figuras históricas que las estilistas han investigado para vestir religiosamente a sus famosas clientas. Algunos parecidos son prácticamente clones. Una maravilla. Ficha todos los vestidos de la alfombra roja de la Gala MET: lo mejor y lo peor .
Zendaya y Juana de Arco. La jovencísima actriz parece una reencarnación de la heroína guerrera, tal como la pintó Albert Lynch en 1903.
Rihanna y el Papa Clemente VIII. Este mosaico en el que el Papa Clemente VIII lleva su tiara papal conecta perfectamente con el 'lookazo' con mitra de Margiela para Rihanna.
Lana del Rey y una Virgen Dolorosa. Se llama Nuestra Señora de los Siete Dolores y lleva exactamente el mismo corazón traspasado por flechas que la cantante y musa de Gucci.
Janelle Monáe y el halo virginal. La combinación de blanco, negro y dorado lleva a un retrato de Antoine-Auguste-Ernest Hébert, “Nuestra Señora de la Dulce Espera”, que pintó alrededor de 1872-1886.
Kim Kardashian y Naomi Campbell. La gran Kardashian no podía inspirarse en ningún icono religioso: le queda mucho más cerca la muy terrenal Naomi Campbell, quien en 1997 llevó otro vestido de Versace adornado por una cruz.
Kate Bosworth y una Madonna que llora. Si hubo una Virgen en la gala del Met esa fue Bosworth, cuya piel de porcelana se asemejaba muchísima a esta estatua de una Virgen Dolorosa, de autor anónimo.
Sarah Jessica Parker, barroquísima. El parecido con Nuestra Señora del Santísimo Rosario de Manaoag, en Filipinas, es por pura acumulación.
Greta Gerwig mística de Ávila. Llevó uno de los vestidos más incomprendidos de la noche, pero no podía ser más español: muy similar al hábito de Santa Teresa de Ávila, pintada por José de Ribera, en el siglo XVII.
Amanda Seyfried es Helena de Troya. Con su vestido de Prada, Amanda parece la descendiente directa de Helena de Troya, tal y como la pintó Dante Gabriel Rossetti, en 1863.
Frances McDormand, sin par. La grandiosidad de este juego de azules y, sobre todo, la distinguida actitud la encontramos replicada en un retrato de una gran dama con un vestido ceremonial, datado en 1778.