Isabel Guarch y sus joyas mediterráneas

Desde sus comienzos como diseñadora en 1993, sus colecciones cuentan historias vinculadas a Mallorca. Antes de crear su propia firma, llevaba muchos años haciendo joyas con su madre, pero debutó con una interpretación de la cruz de Calatrava, una joya tradicional isleña. Desde entonces, han ido llegando a sus colecciones la palma mediterránea, el rosetón de la catedral de Palma, la estrella de mar, la sargantana (lagartija); las piezas de jade verde inspiradas en el pino que crece en las Baleares o la colección Real, con monedas de plata utilizadas en la isla en el siglo XII.

“El estilo de mis joyas quiere recuperar lo fenicio y lo griego. Es decir, la filigrana, las piezas muy trabajadas y que cuentan historias –explica Isabel–. Es lo que más aprecia la clienta y lo que marca la diferencia”, añade. Quizá fuera esto lo que llamó hace años la atención de la reina doña Sofía, clienta entusiasta de las joyas de Guarch, sobre todo de las piezas que tienen que ver con Mallorca.

Formada en el Instituto Gemológico Español y en diseño de joyería en París, Isabel Guarch también crea piezas exclusivas a medida, pequeñas series nuevas cada 15 días, que ella llama “colecciones de taller”. “Trabajamos la novedad y la exclusividad, porque así lo demandan las clientas”, asegura. Unas clientas, como la actriz Kelly Rutherford (Gossip Girl), que también buscan color, optimismo y comodidad en las creaciones de Isabel Guarch.

“La importancia de los colores es enorme. En cada colección combino gemas y diamantes con la luz del Mediterráneo. Pero lo más importante es que puedas usarlas de la mañana a la noche. Las joyas ya no son para estar en un joyero”.

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