Es inevitable: como van casi siempre perfectas, cada pequeño resbalón de las 'influencers' llama inevitablemente la atención de 'followers' y observadoras de la moda. Si el derrape es de Paula Echevarría la sorpresa se multiplica exponencialmente: la actriz asturiana tiene oficio y personalidad sobrada para sostener prácticamente cualquier look. Prácticamente. El que ha colgado hoy en su perfil de Instagram, no muy lejano de otros en los que ha lucido las tendencias más juveniles del low cost, nos ha suscitado cierto desconcierto. ¿No produce la sensación de que no le representa nada de nada de nada?

El chaquetón plateado de Pinko, en un estilismo más convencional. / PINKO

Buscando las razones de este desfase, lo primero que surge es la cuestión de la edad. Es cierto: Paula Echevarría luce consistentemente prendas y tendencias más bien juveniles, y esa distancia entre el espíritu de la ropa y su edad se irá notando cada vez más. Sin embargo, no creemos que ese sea el fondo real del problema, porque muchísimas mujeres siguen vistiendo en Bershka y Stradivarius después de los 40 sin traicionarse a sí mismas lo más mínimo. El problema de este look no tiene que ver tanto con la edad de la ropa, como con su estilo: Paula no resulta creíble cuando elige prendas netamente urbanas, del streetwear más deportivo. Su reino no es de ese mundo.

Lo que tenemos entre manos es un problema de credibilidad: el espíritu del estilismo, cien por cien urbano y hip hop, no conecta con la esencia nada 'street' de Paula Echevarría. Nos la podemos creer como 'lady', como 'boho chic' y sobre todo como 'preppy girl', pero siempre dentro de ese universo totalmente ajeno a las culturas de la calle que tanto se lleva ahora entre las adolescentes y veinteañeras. El problema no está en las prendas en sí, pues los leggings son de una de sus marcas de cabecera (Fetiche Suanzes) y el plumífero de Pinko (315 euros en rebajas) es perfectamente bonito. Sin embargo, ese gorro de lana de Karl Lagerfeld (a juego con los mitones) y las zapatillas de Sketchers llevan el conjunto a un lugar en el que no la vemos para nada: como una rapera espacial. No puedes colocarle a la señora bien que llevas dentro las señas de identidad de moda de la cultura de la calle. No porque sea un poco ridículo, sino porque denota desconocimiento de la trascendencia cultural e identitaria del vestir.

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