Moda: el esmoquin inesperado

Cuando Anthony Vaccarello (Bruselas, 1982) llegó a Yves Saint Laurent como director creativo hace tres años, ya tenía claro que su misión era "combinar el pasado y el presente" en la maison más parisina de todas". Y el pasado de Saint Laurent está marcado por una prenda icónica, el esmoquin, que el maestro conquistó para la mujer en 1966 y con el que también puso broche a su carrera con su último desfile en 2002. Le Smoking nació para ser -y seguir siendo aún hoy- el uniforme de la rebeldía, la androginia y el glamour. Vaccarello ha llevado la herencia a su terreno: es decir, al lado más sexy de la moda.

Este treintañero que iba para abogado ("quizá por influencia de la serie Ally McBeal", ha bromeado), le ha dado un giro sensual al legado del maestro. La identidad de Vaccarello -entre la sensualidad del Made in Italy y el conceptualismo de Amberes- se trenza en esta colección cápsula, con la versión más pop de Saint Lauren, con referencias al período en YSL de los iconos rusos y el hippie de luxe de Marrakech. Vaccarello juega con las proporciones, los materiales, las prendas... para hacer una versión disco adaptada a personalidades diversas.

Siete propuestas para siete mujeres que admira y que son referentes de belleza para varias generaciones. El denominador común, la chaqueta y el pantalón, sí; pero sobre todo los tejidos: brillo de lentejuelas y gasas transparentes.

En 1930, Marlene Dietrich le dio la vuelta a los códigos de género al vestir un esmoquin masculino en la película Morocco.

Fue una excepción y una adelantada a su tiempo, porque era demasiado pronto para que el esmoquin femenino tomara la calle. Tuvo que llegar otro osado: Yves Saint Laurent a mediados de los 60. Como dijo Pierre Bergé: " Chanel dio libertad a las mujeres. Yves Saint Laurent les dio poder".