Así son las nuevas joyas artesanales de Aliita

Las joyas siempre fueron su pasión. Pero mientras vivió en su Maracaibo natal, en Venezuela, para Cynthia Vílchez (1989) se trataba más de una afición que una profesión. Así que, cuando terminó sus estudios de Fashion Marketing en Milán, decidió quedarse en la ciudad italiana y encontró trabajo en una empresa de moda. En su tiempo libre diseñó una joya para ella, una pequeña casita que le hacía sentirse más cerca de aquella familia que había dejado en su país. Sus amigos se enamoraron de ese símbolo y empezaron a hacerle encargos. Así nació Aliita, en noviembre de 2015.

El diseño de la firma está íntimamente ligado a la vida de Vílchez: lleva ochos años de feliz matrimonio con Giovanni Castiglioni, hijo de Gianni y Consuelo Castiglioni, fundadores de la marca milanesa Marni.

La palabra Aliita significa “objeto importante” en el idioma wayuu de lo guajiros venezolanos y, a la vez, es un anagrama de Italia. En la colección hay colgantes y pulseras que son raquetas, loros, biberones, probetas, dinosaurios... Un universo cotidiano, entre lo naif y el pop, del que es fácil enamorarse.

Las piezas están realizadas en oro de nueve o 18 quilates. “Trabajamos un material noble, que dure en el tiempo, pero que tenga un acceso democrático”, afirma. En nuestro país, Aliita se va a distribuir desde Ekseption, en la madrileña calle de Velázquez, y desde la web.

Cynthia Vílchez está, además, muy comprometida en proyectos sociales: “Todos los años lanzamos un producto que pensamos que puede funcionar bien y lo dedicamos a un proyecto solidario. El 100% de lo que se recauda con su venta se dona para acciones promovidas en Venezuela". Este año, todo lo obtenido por la venta del colgante y de la pulsera del dinosaurio con bufanda se destinará a la Fundación Un Milagro de Amor.