Aunque nos tiene acostumbrados a lucir algunos de los mejores looks de la temporada, primero sobre las pasarelas internacionales, en las que lleva trabajando desde que tenía solo 16 años, las alfombras rojas o los editoriales de moda de las revistas, Karlie Kloss llevaba casi dos meses sin dejarse ver en público. El aislamiento que ha llevado en su apartamento de Nueva York, donde vive con su marido Joshua Kushner, le ha servido para enseñarnos vía redes sociales sus entrenamientos de ballet favoritos, sus rutinas y consejos de belleza, las recetas de los postres que cocina, incluso transmitir conversaciones en directo con amigas de la industria de la moda o retratarse desde el balcón de casa cuando sale a aplaudir a los sanitarios cada tarde.

Sin embargo, la modelo acaba de hacer una de sus primeras apariciones en la calle. Un momento que, como todos nosotros, esperaba seguramente con muchas ganas. Y lo ha hecho demostrándonos varias cosas: que no ha perdido ese toque de estilo que siempre nos ha enamorado, que el vestido camisero va a ser la prenda estrella de la temporada veraniega, y que llevar la mascarilla no es impedimento para seguir adelantándose a la tendencia.

La modelo Karlie Kloss paseando por las calles de Nueva York. / d.r.

Con un impecable vestido blanco, de corte camisero y botones dorados, a juego no solo con los zapatos, unos sencillos salones midi de tira al talón, sino con su mascarilla, Kloss juega a la mezcla cromática más clásica e infalible, añadiendo pinceladas negras con un par de gafas de montura cuadrada de pasta y la versión mini del bolso Pekaboo de Fendi. La mejor inspiración que podíamos tener de cara a soñar con los futuros looks que luciremos en cuanto salgamos del confinamiento.

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