La muerte de Pierre Cardin es la segunda pérdida para el mundo de la moda que hemos tenido en una semana. Hace apenas unos días fallecía la modelo Stella Tennant y hoy ha sido el diseñador, a los 98 años, en un hospital de París. A pesar de su nombre, Pierre era de origen italiano pero se instaló en París a mediados de los años 40 para, años después, sumarse a una corriente de diseñadores que apostaban todo al prêt à porter y junto a Paco Rabanne o Courrèges nos mostraron lo que denominamos moda futurista que, aún ahora, lo sigue siendo.

Trabajó con Elsa Schiaparelli y fue jefe de taller de Christian Dior antes de formar su propia firma en los años 50, que fue tan exitosa como polémica: en París el mundo de la costura es estricto y Pierre se salía de las normas establecidas. También cruzó fronteras como ninguno, abrió camino al resto en el mercado japonés. Y supo combinar su profesión con una casi desconocida faceta de empresario, tenía restaurantes, castillos y organizaba festivales de teatro.

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Si le pregutaba cuál era su pasatiempo favorito, siempre insistía: "Trabajar". A principios de 2020 se estrenaba oficialmente el documental sobre su vida, su obra y su misterioso planteamiento vital, House of Cardin. Y en él se desvelaba la pasión del modisto por su trabajo, por las formas geométricas y por su eterna aventura imaginaria en el espacio. Poco a poco, le vamos diciendo adiós a las grandes figuras de la moda del siglo XX.