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Aunque la gracia del revival de las tendencias pasadas suele estar en la revisión y actualización de las mismas, de un tiempo a esta parte estamos viendo una recuperación al pie de la letra que no deja lugar a dudas. Hemos pasado de honrar los archivos, a pretender un auténtico viaje en el tiempo, probablemente por un deseo de escapismo del momento que nos ha tocado vivir. Los millennials han encontrado su destino favorito en los 90 y primeros 2000, todavía una época anterior al furor digital. Las generaciones anteriores miramos con más nostalgia los 70, aquellos maravillosos años de liberación y revolución (pop). De allí vienen los pañuelos, que vamos a llevar en la cabeza exactamente igual que entonces.
El espíritu de la tribu hippy está íntimamente conectada con la moda de los años 70, una tendencia que buscaba la fluidez, la libertad de movimientos y la comodidad. Muchos diseños de aquella época son hoy icónicos, pero pocos tan significativos como el pañuelo en la cabeza, gesto popular en cualquier pueblo que se precie que las influencers de aquellos años llevaron para despejar el pelo de la cara o adornar sus larguísimas melenas. Atención a cómo lleva el pañueloLouLou de la Falaise: ese nudo bajo es una auténtica maravilla de estilo.
A lexa Chung es una de las influencers actuales que se ha atrevido con la tendencia pañuelo, con la extravagante marca de la casa Gucci. Su versión del pañuelo a la cabeza es la más radical: pañuelo estampado a juego con el vestido y nudo en la nuca. Probablemente sea la manera más difícil de ponérselo y la que favorece menos, pero quizá por ello es la más fotogénica para la influencia de moda de de hoy en día.
En España, nuestra musa Blanca Miró es la influencer que más se ha atrevido a lucir el pañuelo a la cabeza que nos llega desde el revival de la tendencia años 70. Su actualización nos parece la más divertida: utiliza el pañuelo casi como una capucha. No debe ser fácil de mantener en su sitio, pero la verdad es que el efecto es genial. Un recurso perfecto para cuando tenemos un 'bad hair day'.