Descubre cuál es el bolso tipo baguette que ama la Gen Z. /
A lo largo de la historia, cada época ha estado marcada por un contexto y bolso diferente, y aunque suene exagerado, eso no significa que no sea verdad. Los 70 fueron del bolso Jackie de Gucci, los 80 del Birkin de Hermès y los 90 del bolso baguette de Fendi que Sarah Jessica Parker elevó a la categoría de icono con su personaje memorable de Carrie en Sex and the City.
De hecho, nadie puede olvidar la frase de « No es un bolso, es una Baguette». Podríamos hablar de miles de ejemplos, y de cómo gracias a esto mismo bolsos como el 2.55 de Chanel han pasado a revalorizarse de 2.500 euros en 2005 a casi 11.000 en 2024. Es una locura, pero el mercado de los bolsos no para de crecer.
Sin embargo, mientras que hay una corriente con presencia que ha decidido invertir sus ahorros en bolsos con historia que tienen todas las papeletas para incrementar su valor en el futuro, la Gen Z tiene claro que no hace falta dar la entrada de una casa para tener un bolso que sea bueno, bonito e icónico.
Las parisinas han sido las primeras en darse cuenta de esto, y con estéticas virales como la de modern heritage pieces, donde las figuras clásicas se reinventan para captar un target más joven, marcas como Polène saben que es lo que tienen que hacer. Y el resumen es simple: brillar con bolsos como Osmo.
Desde que la marca francesa con fabricación de origen en Ubrique entró en el grupo LVMH, el cambio ha sido, cuanto menos, notorio. Sin embargo, la viralidad de sus bolsos que iba in crescendo ha dado un salto brutal con Osmo, el bolso de tamaño perfecto que –¡sorpresa!– es tipo baguette.
Como buena amante de los bolsos, no hay tendencia que se me escape, y ya te encuentres en la capital de moda que estés, si prestas atención te darás cuenta de que cualquier prescriptora lo tiene. Porque queridas, no es un bolso, es un Polène.
Lo más atractivo de este complemento del que no tengo duda que experimentará un boom considerable en los próximos años es cómo está hecho. Con cierre de solapa, este bolso de fina confección está fabricado en suave piel de becerro napa, conocida por su belleza natural y su tacto distintivo, que recubre el interior y el exterior del bolso. La correa de hombro ajustable se puede llevar corta, o más larga y cruzada.
En resumen, tiene el tamaño perfecto para el día a día, pero también para ocasiones más elegantes, está disponible en seis colores que son de lo más atemporales (negro, coñac, ébano, taupé, negro con ribetes blancos y blanco con ribetes) y solo cuesta 420 euros.
¿Sigue siendo una inversión? Por supuesto, pero (todavía) se encuentra lejos de los miles de euros que ya han alcanzado algunos de los bolsos que todo el mundo lleva (o quiere tener). Además, la Gen Z tiene el ojo avizor, y si este bolso ya forma parte de su insignia personal, yo que tú le echaría un ojo.