Todo sobre el bolso microscópico que imita a uno de lujo y cuesta más de 50 mil euros

El colectivo de arte estadounidense MSCHF, nos acaba de trasladar directamente a la escena de la película Zoolander (2001), en la que Ben Stiller sostiene un móvil tamaño micro, que apenas puede sostener con dos dedos de su mano. Lo ha hecho con un bolso que va más allá: se necesita un microscopio para verlo. Lo más sorprendente de todo es que se ha vendido en una subasta por la friolera de 58.000 euros.

El modelo en el que se ha inspirado esta empresa de arte es el famoso OnTheGo, de Louis Vuitton , que con su clásico estampado monograma en un color nada tradicional -verde neón- ha acaparado toda la atención de las redes sociales por su tamaño microscópico y el maxiprecio al que se ha vendido.

« Más pequeño que un grano de arena y lo suficiemente estrecho como para pasar por el ojo de una aguja es un bolso tan pequeño que necesitarás un microscopio para poder verlo«. Así es como la firma describe el bolso en su página web de Instagram.

Se trata de un bolso creado gracias a la tecnología 3D que imprime piezas de plástico a microescala y se ha venido junto al microscopio necesario para verlo. La la casa de subastas que ha gestionado la venta se llama Joopiter, fue fundada por Pharrel Williams, nuevo director creativo de la línea masculina Louis Vuitton.

De la misma forma que en Zoolander la escena era una crítica hacia el prestigio de móviles cada vez más pequeños, en esta ocasión MSCHF ha querido hacer lo propio con el mundo de la moda. Este colectivo de arte, cuyo nombre hace referencia a la palabra mischief en inglés, que significa algo así como travesura, se dedica normalmente a ironizar con diferentes cuestiones, entre ellas la moda.

«Existen los bolsos grandes, normales y pequeños, pero este tiene la última palabra en cuanto a miniaturas nos referimos. A medida que un objeto que una vez fue funcional, como un bolso de mano, va adoptando un tamaño cada vez más pequeño, su estatus como objeto se vuelve cada vez más abstracto, hasta convertirse simplemente en un significante de marca», apuntan.

Se trata de una clara crítica a la tendencia de los microbolsos que comenzó con el modelo Le Chiquito, de Jacquemus, un modelo viral en el que apenas entran un par de tarjetas de crédito, las llaves de casa y un labial, siendo optimistas, pero que acaparó toda la atención de la industria de la moda durante mucho tiempo. Después de su éxito, todas las firmas se lanzaron en masa a diseñar microbolsos.

Sin embargo, no es la primera vez que un objeto de moda llevado al mundo del arte se ha vendido por cantidades desorbitadas: el año pasado, Mason Rothschild, creador de NFT, diseñó MetaBirkins. Estas copias digitales del famoso modelo de Hermès y su venta por precios que oscilaban entre los 800 y los 45mil euros, acabó con una denuncia de la firma al creador.

Lo cierto es que el récord en materia de ventas desorbitadas de moda la tiene Hermès, como no podía ser de otra forma. La casa francesa vio como su clásico Birkin en la edición Himalaya -de piel de serpiente- se vendió en una subasta por más de 200 mil euros. Nada parece imposible en la industria de la moda.