Hay tendencias que, al mirar atrás, observamos con rechazo. La década de los ochenta sabe mucho de este tema, con una mezcla de extravagantes volúmenes, tejidos y colores neón. Parece que la sociedad se puso de acuerdo para no traer de vuelta algunas modas que no convencían a nadie. Pero, se trata de un ciclo y ya están aquí los pantalones de cintura baja, los leggings estampados o las lentejuelas para diario. No significa que sea algo malo, lo contrario, ya que son piezas que se reinventan para ser más actuales y chic. Lo que antes odiábamos, ahora nos hace perder la cabeza.

Como estamos en un momento en el que tendemos a aceptar de buena gana más estilos, hastiadas del pijama y los básicos, la pasarela ha aprovechado y nos ha colado, sin que nos demos cuenta, un look muy popular en los 2000, que genera controversia: los vestidos sobre pantalón. Un outfit bastante confuso que asociábamos a la cultura anglosajona al ser seña de identidad de las adolescentes de Disney. Hoy, firmas tan sofisticadas como Valentino, Elie Saab, Gucci, Louis Vuitton o Fendi lo han incorporado a sus colecciones. Antes de decir un no rotundo, espera a ver cómo se lleva actualmente, según los diseños de Zara. Seguro que no te parece tan descabellado.

La nueva versión del «drouser» ('dress' y 'trouser') es ponible, sencilla y desenfadada, con un plus de elegancia que nos deja sorprendidas. En estampados o colores neutros, pero siempre a conjunto. Así lo dicta Zara. Esta tendencia se traduce, sobre todo, en sets de punto y es perfecta para soportar las temperaturas invernales, a la vez que vamos cómodas, distinguidas y con un toque diferente no demasiado arriesgado. Ten en cuenta que, al ser del mismo tejido, la parte de arriba, más que un vestido, parece un top largo o una chaqueta maxi.

El look es limpio, estructurado y fácil de llevar. La verdad, es que nos agrada el hecho de que venga en dos prendas coordinadas para que no tengamos que pensar en combinaciones. Podemos optar por el minimal, en tonos crudos, grises, negros o marrones, la palete perfecta para otoño-invierno que viene acompañada de siluetas fluidas, favorecedoras y clásicas, aunque hay otras más especiales como este conjunto de vestido con cuello alto y abertura delantera, para dejar ver los pantalones anchos soft.

Si queremos algo diferente y esta temporada lo apostamos todo a los estampados, estos outfits estilo retro con print geométrico son super atractivos y aptos para el día a día. Tanto en la versión evasé azul marino, naíf y moderna, como en la de tul semitransparente en color visón, sensual y setentera. ¿Ves? No parece para nada que la parte de arriba sea un vestido, al estar todo uniformado.

La visión contemporánea tiene su base en los trajes tradicionales asiáticos, compuestos por túnicas y pantalones amplios. Si juntamos esto con la popular técnica de capas, que tanto se estila entre las expertas en moda, y materiales adecuados para las bajas temperaturas, como es el punto, el vestido con pantalón nos convence para darle una segunda oportunidad.

De nuevo, el truco es sencillo. Looks monocromáticos, tejidos cómodos y fluidos, accesorios o formas de adaptarlos que cambien el juego, desmarquen en estilo y aumenten la elegancia, como el uso de cinturones, camisas por debajo o zapatos joya. Así, no hay problema en lucir la tendencia más controversial que auguramos que va a ser grande, esta temporada y las siguientes.