La visita del Presidente de la República de Italia era, sin duda, una de las citas de Estado más esperadas del año. Sin restar importancia a su trascendencia política, este viaje oficial ha traído de vuelta a Palacio las cenas de gala y, con ella, la versión más imponente de nuestra Reina. Dos años y medio después de recibir con la pompa y boato que se acostumbra en estas citas al Presidente de Perú en febrero de 2019, y tras el 'amago' de normalidad que supuso la recepción en honor al Presidente de Corea del Sur, doña Letizia ha vuelto a vestirse de Reina y, como era de esperar en esta primera cena de gala de la pandemia, doña Letizia lo ha dado todo y ha sorprendido con uno de los looks más impactantes que le recordamos. Y se ha coronado (literalmente).
Las puertas del Gran Salón del Palacio Real han vuelto a abrirse para recibir al Presidente Mattarella y a su hija (que ejerce de 'primera dama' después de que la esposa del mandatario italiano falleciera en 2012) y doña Letizia ha brillado como nunca. Tocada con la tiara 'rusa', la Reina ha sorprendido con un vestido imponente que se sale radicalmente de su zona de confort: escotazo, un detalle que no acostumbra a lucir la Reina, silueta sirena y brazos al aire, desafiando así al frío de la noche de Madrid. Lo firma Giorgio Armani (guiño a la moda italiana como homenaje a sus invitados, como había hecho por la mañana con el bolso de Furla) y lo acompañó del clutch Knot de Bottega Veneta (también 'made in Italy) y sus salones efecto pitón de Manolo Blahnik.
Pero si el vestido de la Reina nos ha dejado a todas con los ojos como platos, las joyas se han llevado todo el protagonismo: la tiara apodada como 'La rusa' (por estar inspirada en los tocados tradicionales del país) que ha elegido no ha podido ser más impactante. Se trata de una de las joyas de pasar, una pieza de incalculable valor elaborada en platino y diamantes y coronada con perlas de autor desconocido (se ha atribuído a Cartier, aunque algunos expertos aseguran que se trata de una obra de la casa Chaumet) que perteneció a la Reina María Cristina, y que posteriormente han lucido la Condesa de Barcelona, la infanta Margarita y Simoneta Gómez Acebo en su boda, y que durante años fue una de las favoritas de doña Sofía. La Reina Letizia la estrenó para acompañar a su Varela de terciopelo negro en noviembre de 2018 con motivo de la visita del Presidente de China a nuestro país.
Pero 'La Rusa' no ha sido la única joya con la que ha brillado esta noche la Reina en Palacio. Doña Letizia, que no es muy dada a lucir muchas joyas, ha sacado la artillería pesada en esta primera cena de gala ¿post? pandemia, y ha acompañado esta impresionante diadema con otras piezas igual de imponentes: el juego formado por el collar de chatones de la Reina Victoria Eugenia, una pieza creada por Ansorena regalo de Alfonso XIII compuesta (ahora) por 30 diamantes de corte brillante tallados en forma redonda y engastados al estilo ruso (de ahí su nombre, por el chatón o bisel como engaste) con garra de platino y su pulsera a juego que doña Letizia estrenó con el inolvidable vestido de flores de Matilde Cano en la entronización de Naruhito de Japón.
Como broche final, y nunca mejor dicho, la Reina ha colocado sobre la banda verde y roja de la Orden al Mérito de la República Italiana el broche de diamantes y perlas que estrenó en la Pascua Militar de 2019, que volvimos a verle ese mismo año en los actos del Día de la Hispanidad y que la Reina Sofía ha lucido en un sinfín de ocasiones.
Sin duda, los Reyes también tenían ganas de celebrar, y a pesar de las mascarillas y las distancias de seguridad, doña Letizia lo ha dado todo en esta esperadísima cena de gala en honor al Presidente Mattarella. Queda poco para el viaje de nuestros Reyes a Suecia, y después de ver este despliegue de vestuario y joyas, todo apunta a que será de lo más impresionante...