La princesa Sofía de Suecia y el príncipe Carlos Felipe posando en la cena de gala celebrada en el Palacio Real de Estocolmo. /
Nada se parece al glamour inédito de las galas de la realeza. Y la noche de tiaras en el Palacio Real de Estocolmo no iba a ser diferente. La cena ofrecida a los representantes más destacados de la sociedad sueca destacó, como es ya una costumbre, por su elegancia inaudita, los rostros conocidos y el vestido impresionante (con aires nupciales) de la princesa Sofía de Suecia .
En una gala de ese calibre, todo el mundo estaba expectante ante la aparición de las princesas Victoria y Sofía de Suecia, quienes acudieron con sus maridos, los príncipes Daniel y Carlos Felipe. Y aunque las miradas se centraron por un momento en el rey Carlos Gustavo (y la ausencia de la reina Silvia ), los focos pronto se dirigieron al estilismo de una de las princesas.
Elegante por naturaleza, Sofía de Suecia recupera dos piezas de su armario para elaborar un resultado a la altura de la realeza sueca. Firmado por Zetterberg Couture, una marca especializada en el diseño de prendas nupciales, la princesa se decantó por un cuerpo satinado de manga larga y una falda larga de línea A.
Si la reina Letizia es famosa por rescatar y reversionar algunas de sus prendas más icónicas como este vestido blanco juvenil y ultrafavorecedor que utilizó por última vez en su viaje a Nueva York, Sofía de Suecia no se queda atrás.
Ambas prendas son recicladas, sí, pero el cuerpo presenta una ligera modificación para que el escote fuera más cerrado. Recordamos este atuendo en la cena de gala de noviembre de 2018 que el Palacio Real de Estocolmo celebró con motivo de la visita del presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella.
Sin embargo, y aunque el estilismo es impresionante, elegante y todo un homenaje a la sofisticación más clásica, lo que más llama la atención del look de la princesa es la elección singular de sus complementos.
Por un lado, podemos ver cómo Sofía de Suecia optó por un clutch perteneciente a la firma Bottega Veneta. Y nada más alejado del dramatismo colorido y rejuvenecedor de la marca, el modelo es un bolso confeccionado en napa metalizada que añade un glamour sobrio, pero correcto y con esencia real.
No obstante, la joya de la corona es protagonizada precisamente por una tiara que todo el mundo pudo reconocer: la tiara Palmette, la misma que Sofía de Suecia lució el 13 de junio de 2015, el día en el que se casó con el príncipe Carlos Felipe.
Esta corona está llena de significado, ya que fue un regalo de los padres de su marido, y aunque la ha lucido en múltiples ocasiones (y ha sido inmortalizada en los últimos retratos oficiales de la Casa Real sueca), destaca por su capacidad de modificarse para que no parezca siempre la misma. Es una joya del siglo XXI, elaborada con diamantes y que presta la posibilidad de coronarse con esmeraldas o, como en esta última ocasión, con elegantes y clásicas perlas.