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Después del lugar en el que se celebra la ceremonia, el restaurante y el vestido ya no queda casi nada por preparar en una boda (o eso era lo que pensábamos) porque todavía quedan los regalos para los invitados, esa figurita horrorosa que seguramente acabe el cubo de la basura o ese peine que no lo compraría nadie en Wallapop ni aunque le pagaran.
Los recuerdos que se regalan en una boda, en la mayoría de los casos, no gustan a nadie, pero como no los des puedes ganarte el apodo de cutre después de tu boda. ¿Qué hacer en ese momento? Buscar una idea original con la que amigos, familia y compañeros de trabajo se queden con la boca abierta.
Hay infinitas posibilidades: desde unas galletas o una mermelada, mantas, cremas, jabones e incluso unas sombrillas de papel con las que los invitados se podrán refugiar del sol si la boda es en verano; para las invernales, mantas.
Y si quieres saber mucho más, no te pierdas todo lo que te cuentan en Zankyou, donde han seleccionado para ti los regalos de bodas más originales que nunca verás en Wallapop.
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