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A veces no hace falta más que levantar la vista del suelo para encontrar la inspiración. Pasear por las calles que engloban la Milla de Oro de Madrid ha sido el ejercicio con el que Hannibal Laguna ha llegado hasta patchwork que simulan suelo hidráulico, estampados que recuerdan a aldabas de las puertas o siluetas que beben de las formas de los balcones. Todo aquello que puede pasar desapercibido ha servido el diseñador para hilar una colección en la que el oro ha sido representado en tonalidades que van del dorado al latón, tan solo en competición con el sobrio negro.
Este dúo se representa en vestidos volátiles en los que presta especial atención a la espalda, chaquetas de esmoquin cuyos escotes se abren de manera atrevida y faldas que acentúan la silueta femenina. Piezas exclusivas del armario de noche, que ha querido combinar con su colección de bolsos y zapatos de 16 centímetros que él mismo califica como piezas de " neolujo" y que le están dando un buen resultado de ventas.