La tarde del jueves saltaba la noticia en las redacciones: Ángel Schlesser presentaría su colección en la pasarela madrileña sin el hasta ahora diseñador de la firma, al que ni se le ha visto, ni se le esperaba. Desde la marca nos hablaban minutos antes del desfile de que se necesitaba un soplo de aire fresco, pero a todos nos ha extrañado que quien da nombre a este buque insignia de la moda española ni siquiera se haya presentado en MBFWM para despedirse de su público.

Pero vayamos a la colección primavera-verano que han presentado, que es lo que nos ocupa. Inspirados por los colores de los amaneceres estivales, la nueva pareja al frente de la dirección creativa han presentado una propuesta funcional, cómoda, ligera, fresca y sin pretensiones, para mujeres reales que se envuelven en prendas maxi que desdibujan la silueta elaboradas en ricos algodones, en creps de seda, en linos y en guipur. El lamé metalizo da brillo a la noche con vestidos fluidos y de patronaje desestructurado.

La tendencia lencera se ha dejado entrever en 'slip dress' y pantalones pijama, la estética noventera se ha colado en la pasarela de forma sutil con la reinterpretación de la chaqueta bómber y la camisa masculina (en versión delicada e hiperfemenina) avisa de que seguirá presente en nuestro armario.

La propuesta de color, continuista con el anterior diseñador, con una paleta muy natural que se mueve entre los clásicos blancos y negros de la firma y los tonos los arena, además de algún guiño en lavanda, verde, amarillo o fucsia.

No sabemos bien, porque no nos lo terminan de aclarara desde la firma de moda, si Ángel Schlesser ha participado en el proceso creativo de esta colección, pero se ha notado su ausencia.