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La fotografía de Jimmy Nelson es el punto de partida de la colección otoño-invierno 2017/18 de Ailanto, un viaje documental a través de las tribus a punto de desaparecer que se traduce en una nueva sinfonía de color en el imaginario de los diseñadores, en un juego de estampados y una revisión de sus siluetas clásicas, siempre funcionales pero muy femeninas, casi volátiles.
Con una marcada influencia de la estética de los '70, la década prodigiosa de la moda a juzgar por lo mucho que está dando de sí en la pasarela las últimas temporadas, los hermanos alternan los 'prints' geométricos con estampados botánicos, y dan forma a abrigos envolventes que nos recuerdan a los ponchos gauchos de la Patagonia, vestidos con godets y pañuelos a modo de corbata sobre blusas con mangas XXL.
El catálogo de tejidos nobles con los que juegan los diseñadores va del crepe a la lana virgen, del mohair al jacquard, y de la franela más rotunda a la delicadeza de la seda en muselinas, crepes y bambulas.
Sin duda, los Ailanto han vuelto a hacer un ejercicio de feminidad de lo más inspirador en la que ha sido una de las mejores colecciones que les recordamos en los últimos años.
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