Pasarela de París. / getty

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La pasarela de París se llena de plástico. ¿Por qué?

Resulta irónico que un material que se utiliza en situaciones ordinarias sea tan reivindicado por la alta moda.

Lo hemos visto por todas partes. Algunos totalmente previsibles, como en los chubasqueros que Burberry hizo pasar por el 'catwalk' de Londres. Otros decididamente inesperados, como las transparentes botas que ha diseñado Karl Lagerfeld para Chanel o el bolso de Céline y el clutch de Givenchy. ¿ Quién querría llevar un bolso que dejara ver todo lo que llevas dentro?

Hubo plástico en Kenzo, Isabel Marant, Acne Studios. En Valentino vimos una cazadora de motorista bastante resultona, pero fue Chanel la que lo dio todo para convertir el plástico en material noble, al menos por proximidad complementaria. Pequeñas capas, sombreros y botas protegían del agua (seis cascadas de usar y tirar la hacían sonar) a las modelos. Demna Gvasalia fue un paso más allá en Balenciaga y sacó faldas lápiz y camisas de plástico.

Resulta irónico que un material que se utiliza en situaciones ordinarias (hacer la compra, sobre todo) sea tan reivindicado por la alta moda. Más aún: parece ciertamente loco que nos animen a vestir plástico precisamente en primavera/verano, cuando más calor hace. Incluso desde el punto de vista de la sostenibilidad, ahora que medio mundo clama porque el agua de los océanos contiene ya micropartículas plásticas, la elección resulta incomprensible. ¿Por qué reivindicar un material que deseamos hacer desaparecer?

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