A la hora de abordar el complejo y poliédrico concepto de la sensualidad, pocos diseñadores se ponen de acuerdo. Y sin que ninguno esté equivocado, lo cierto es que en la diversidad está el encanto de descubrir cómo con cada uno de los desfiles de esta semana de la moda de París los creadores nos fascinan con sus aproximaciones estéticas. Después de haber visto cómo
Virginie Viard hacía lo propio revisitando el allure bohemio de los años 70 en un medido ejercicio de contrastes para Chanel
, ahora les ha tocado el turno a dos firmas icónicas que, cada una a su peculiar manera, reescriben las leyes de la feminidad.
Miu Miu lo ha hecho con una colección bautizada Brave Hearts (Corazones valientes), concebida como un viaje por las montañas, un desfile en la nieve. Así crea un 'Miu Miu Mountain Club' de ensueño con modelos que exploran el paisaje de Cortina d’Ampezzo -en el corazón de los Alpes Dolomitas-, capturados en película en una empresa difícil y valiente. Se trata de escapar, de soñar, de hacer realidad la fantasía. “La valentía en el esfuerzo se refleja en la valentía en la ropa: están vestidas para lo extremo”, afirmaba la italiana. Incongruente y descontextualizado, el ejercicio de Prada se convierte en un llamativo despliegue visual en el que la funcionalidad colisiona con el romanticismo. El lenguaje de la ropa deportiva se fusiona con la moda. Usando la lengua vernácula de la ropa de montañismo, hacen gestos al paisaje. Piel sintética de oso de peluche, capas acolchadas y cascos de esquí de punto y pasamontañas enmarcan las caras, sugiriendo calidez y seguridad, embelleciendo los medios de protección necesarios para un terreno peligroso. Los vestidos de raso de seda y encajes transmiten delicadeza e intimidad. Prendas de abrigo y vidas interiores.
En el otro extremo de la ecuación, Julien Dossena, al frente de Paco Rabanne enfrenta la realidad con una actitud irreverente. Su colección de otoño/invierno 2021 es una afirmación de la decadencia. Esta temporada, Dossena vuelve a visitar lo exquisito, explorando el adorno llamativo como una forma de empoderamiento. Los códigos familiares burgueses y aristocráticos poseen un marcado rasgo subversivo. La excentricidad adopta diferentes identidades femeninas. Las capas con ornamentacióncrean looks que son tan resistentes como encantadores. Ya sea vestidas con conjuntos de jersey y terciopelo fluido que evocan las siluetas de los años 70, o con una sastrería que reinterpreta los trajes clásicos de los años 40, estas mujeres desprenden un encanto magnético e individualista
Impregnada de referencias cinematográficas, esta colección oscila entre la exuberancia y la intriga. A través de elementos icónicos de Paco Rabanne y mezclas de prendas de día y de noche, retrata fuertes personalidades femeninas cuyo estilo extravagante refleja tanto su mundo interior como el exterior.
En cada una de sus colecciones para Dior, Maria Grazia Chiuri elige un territorio donde difumina la dimensión espacio-temporal con sugerencias e intenciones que dan forma y contornos a una constelación articulada de ropa y complementos. Para la colección de prêt-à-porter otoño-invierno 2021-2022, se ha decantado por explorar el mundo de los cuentos de hadas.
La red de símbolos que encierran los cuentos no son solo un medio de escape: sirven para desafiar y revisar estereotipos y arquetipos. Consisten en una narrativa proyectada hacia el futuro. Revisados por Maria Grazia Chiuri, el uniforme del soldado de juguete se transforma así en una serie de abrigos de cachemira azul embellecidos con toques de rojo y blanco. Los jacquards de lamé y lúrex relucientes le dan a esta silueta estilizada un brillo metálico; las telas hechas con hilos de oro y plata parecen flotar como por arte de magia. El negro se impone audazmente en una variedad de piezas, desde faldas hasta la chaqueta Bar salpicada con el motivo cannage, un código icónico de Dior, o con una capucha que podría haber sido usada por Caperucita Roja.
Pero no ha sido la única de las firmas que se ha dejado llevar por la fantasía para crear una colección en esta edición de la semana de la moda de París. Daniel Roseberry ha reinterpretado una vez más los códigos del surrealismo para construir una propuesta consistente y coherente con Schiaparelli. “Un surrealismo escrito con alegría. Las joyas son armaduras a la par que adornos. Una paleta disciplinada. Una visión irreverente de las siluetas”, describía el diseñador en la nota de prensa que presentaba la colección. El ingenio y la sorpresa que siempre definieron el trabajo de Elsa Schiaparelli se traduce en prendas como una parca masculina oversize, confeccionada en tejido denim con joyas doradas; una voluminosa gabardina de piel o pantalones navy de corte cowboy. Algo que también podemos encontrar en la joyería: colgantes oversize, pendientes y anillos que combinan la absurdez dadaísta con proporciones fanfarronas. Una fila de anillos inspirados en muelas (con cada una de las filas incrustadas en cristales) para cada dedo. Declinada casi por completo en tonos negros, blanco marfil y azul marino está pensada para ser un lienzo, una serie de uniformes que la mujer que la lleve puede decorar tanto (o tan poco) como quiera. “Las piezas permiten la libertad de expresión, tanto si eso significa un grito como un suspiro”, concluye Roseberry.
París prosigue su peculiar semana de la moda a golpe de presentaciones y retransmisiones virtuales sin descuidar la estética. Para hacer pública su colección de cara al próximo otoño/invierno 2021-22, Loewe ha decidido apostar por la saturación cromática y los voluménes esculturales. En unas imágenes protagonizadas por la modelo Freja Beha Erichsen, el director creativo de la firma, Jonathan W. Anderson, ha llevado a cabo una declaración total, saturada de forma y color y exagerada al máximo. “El deleite creativo puro de la moda transforma la idea de vestirse en un acto de lucha, lleno de energía, marcando un punto de partida hacia otros derroteros”, afirman en la nota de prensa con la que Loewe ha hecho pública la colección.
Tras presentar una
colección para su firma homónima en Nueva York
hace escasos días, Gabriela Hearst se enfrentaba a un momento clave en su carrera: debutar al frente de la legendaria firma francesa Cholé. Con una calle desierta de París como escenario de excepción, la diseñadora invocó el espíritu bohemio que caracteriza al imaginario colectivo de la casa, al que ha imbuido con su ya conocido discurso eco en defensa de la sostenibilidad, recurriendo a tejidos reutilizados y sostenibles con los que ha confeccionado prendas que buscan la protección como
abrigos de borrego
,
vestidos largos de punto
o anoraks de efecto patchwork.
Semana de la Moda de París
Desfile de Miu Miu OI 21-22.
Semana de la Moda de París
Desfile de Miu Miu OI 21-22.