“Me encantan los contrastes, así que para las piezas de invierno más voluminosas, quería un espacio pequeño. No sé si esto se debe a la época en la que vivimos, pero quería algo cálido, animado. Me imaginé a las modelos haciendo un desfile por sí mismas, yendo de habitación en habitación, cruzándose en las escaleras, amontonando sus abrigos en el guardarropa y subiendo al siguiente piso para cambiarse. Y pensé en los desfiles de los que me hablaba Karl hace mucho tiempo, cuando las modelos se vestían y maquillaban ellas mismas ”. Así explica Virginie Viard el ambiente que buscaba para presentar su desfile de Prêt-à-porter para la temporada otoño-invierno 2021/22 de Chanel.
Una idea que han hecho realidad el dúo de fotógrafos Inez & Vinoodh
a través de un proyecto audiovisual que ha servido como presentación de la colección
, rodado en uno de los locales más legendarios de París, Castel. Más que una institución legendaria, un club ubicado en una mansión privada de Saint-Germain-des-Prés, un verdadero embajador de la vida nocturna parisina, que abrió sus puertas en 1960 y ha logrado navegar las diferentes épocas y tendencias para seguir siendo un referente en la escena parisina.
Elegido personalmente por la propia Viard, como ella misma declara: “Me gusta tanto Castel por sus muchos salones, la escalera de caracol, su bar, sus recovecos, su estilo hogareño donde las modelos pueden cambiarse, vestirse y desvestirse, maquillarse juntas y divertirse como una noche de chicas. Es muy sensual ".
El punto de partida de la colección eran los contrastes entre volúmenes, materiales y estilos. Un abrigo largo de tweed con un motivo de chevron que deja las piernas desnudas y se combina con botas voluminosas en piel sintética rizada negra; un traje pantalón en tweed negro con pequeños cuadros en lurex azul adornado con tirantes finos en perlas y capas de collares sautoir. Una bata blanca en charol y forro de piel sintética, se combina con botas bicolor estilo plumífero, con perneras desabrochables dando paso a un par de botines plateados de tacón para ir a bailar.
“Esta colección es una mezcla de dos influencias: el ambiente de las vacaciones de esquí, que adoro, y una cierta idea del cool chic parisino, desde la década de 1970 hasta ahora”. De ahí las llamativos monos de esquí en acolchado blanco bordados con motivos rojos y azules, o en tweed fucsia, que se llevan con sandalias de tiras adornadas con cadenas y lacitos negros o zapatos de tacón adornados con una camelia, mientras que delicadas blusas de gasa o crepé de China se combinan con piezas inspiradas en la ropa deportiva de invierno.
Sin perder de vista ni un segundo los códigos que forjan los cimientos centenarios de Chanel, Virginie Viard encauza con sus diseños a la maison en dirección a una nueva era en la que la feminidad se expresa de formas muy diversas, siempre complementarias, en las que la elegancia y la sensualidad no están reñidas. También hay pinceladas de humor, de originalidad y de color. Un ideario que construye un mensaje para los tiempos actuales y con el que Viard ha querido hacer su particular homenaje a la modelo Stella Tennant, fallecida el pasado mes de diciembre y una de las musas asiduas de la casa durante la época Lagerfeld. “Bailarinas de lentejuelas, minaudières cubiertos de strass a modo de collar, camisas negra de hombre con cuello y puños blancos debajo de un precioso traje de lurex azul marino, faldas de tweed sobre un mono de punto adornado con hilos iridiscentes… Hoy algunas de esas siluetas me hacen pensar en el encanto de Stella Tennant, la forma en que usaba ciertas piezas, era tan Chanel ", aseguraba en la nota de prensa Viard.
Semana de la moda de París
Desfile de Chanel o/i 2021-22
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