Del retro al neo
A cada década, su estilo y todos de plena actualidad. Esa es la virtud de la moda baño: encajar en todos los cuerpos.
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Marilyn Monroe: un icono.
La Riviera en coupé. Montecarlo, Niza y toda la Riviera francesa era el destino obligatorio, donde se reunían millonarios y "socialités", a bordo de yates y bólidos descapotables. Bicolor con topos. La que fuera considerada como "el animal más bello del mundo", Ava Gardner, fue de las primeras en popularizar el biquini. Este bañador de braga baja, a modo de "coulotte", es la última tendencia, como demuestra Taylor Swift.
Trópico y curvas. Las voluptuosas curvas de Marilyn Monroe supusieron una revolución en un mundo que, tras la II Guerra Mundial, quería ser algo más amable. Hawaii y el exotismo tropical, con flores y cócteles afrutados, invitaban a viajar más lejos. Gorro cool. En los 50 el bañador se imponía al biquini, y el peinado, marcado por un volumen con artificios, necesitaba al gorro: un complemento que ahora vuelve con ironía. También se llevaban gafas XL, al modo Jackie O, como las que lleva hoy Beyoncé, orgullosa (como Marylin) de sus curvas y su bañador.
Surf y beach party. Se instala una cultura de playa: en torno al surf californiano, y también con las fiestas juveniles. Regresa EL Biquini. La francesa Brigitte Bardot y su inocencia carnal se imponen en la misma medida en que ahora vuelve el biquini y la libertad corporal. Estampados florales y op-art proliferan en tejidos más aislantes: nylon y lycra.
Más sensual, menos carnal. El canon vuelve a cambiar: delgadez y cuerpos aniñados, de los que Jane Birkin es paradigma. Son bellezas menos rotundas y más intelectualizadas, para un mundo que disfruta del hippismo y los nuevos valores de paz y amor. El folk is back. Woodstock instituye el verano como estación para los festivales. Las minifaldas vaqueras y camisolas se adornan con abalorios. El folk de Coachella es una vuelta al orden natural.
Lo disco en la playa. Sorprender y epatar: los 80 es la década de las rupturas formales, el triunfo de lo posmoderno y las mujeres felinas, sin miedo. El sintético llamativo. Hoy como entonces, la cultura se perfila flúo y neobarroca. Todo tiene apariencia pulida y brillante, como el aerógrafo lacado y Miami.
Culto al cuerpo. En los 90, el cuerpo tiene que ser fuerte, rotundo y musculado: Pamela Anderson reina en la playa como vigilante. Y la corriente se expande de la costa de California al mundo entero. “Sporty”. El bañador que permite nadar y correr se vuelve a imponer como el deporte playero: surge el neopreno y el acetato llega a los complementos. Más ligero y siempre en colores puros.