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El regreso de la estética punk es un hecho consumado para este otoño en el que estamos entrando. Y aunque muchos diseñadores han optado por seguir la vía, clásica proponiendo prendas de cuadros o cazadoras biker con las que despertar el lado más rebelde de nuestro armario, otros se han lanzado a innovar con giros sorprendentes. Es el caso de las cadenas de eslabones, que dejan de ser meros accesorios en collares y pulseras para pasar directamente a integrarse en prendas. Daniel Lee, director creativo de Bottega Veneta, dio el pistoletazo de salida con su desfile de otoño/invierno 2020-21, presentado en Milán en febrero, incorporándolos al escote de un elegante vestido de punto blanco. Pura contradicción y mezcla de texturas antagónicas cuyo resultado ha sido tan aplaudido como reconocido y que, por fin ha dado el salto a las firmas low cost.
Siguiendo unas estrictas líneas minimalistas, Zara lo ha incorporado a un top fluido de escote recto en el que los tirantes son cadenas de eslabones también negras. Una prenda perfecta para combinar con unos pantalones de traje oscuros en un look de día o con una falda de cuero para un cóctel.
Algo más desenfadada pero siempre eficaz es la camiseta de Uterqüe. Confeccionada en algodón, con cuello redondo y tirantes y en tono gris, incorpora las cadenas cosidas alrededor del escote. Un guiño rockero que no pierde la sobriedad.
Ideada para ser la protagonista de cualquier estilismo nocturno, Pimkie ha lanzado un top negro de manga corta en la que una serie de pequeñas cadenas plateadas la cruzan, dejando a la vista el brazo.
Definitivamente, un recurso ornamental capaz de convertir una sencilla prenda como una camiseta o un top en la clave de un look especial y, más de actualidad que nunca.