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Cuando la tendencia comenzó a despuntar hace unos tres años gracias al modelo Triple S de Balenciaga, llevar zapatillas no estaba tan bien visto. Y mucho menos si se trataba de piezas extragrandes, con suela gigante y más parecidas a las que llevaban nuestros padres en los 80. Pero hoy, el éxito de las deportivas es incontestable, un negocio que mueve más de 9.000 millones de dólares al año, sin ir más lejos, hasta tal punto que se han convertido en objetos clave del repertorio fijo de firmas de lujo. Aptas para llevar a diario con cualquier look, por sofisticado de sea, han sustituido incluso a los tacones para combinar con prendas como vestidos o pantalones palazzo , y son aceptadas también para ir a la oficina, con americanas negras . Un filón al que han empezado a recurrir las marcas de lujo más destacadas convirtiéndolas aún más si cabe en objetos de deseo dignas de atesorar.
Deportivas con maxisuela de goma, de Emporio Armani (290 €).
Zapatillas deportivas negras y estampado de serpiente con suela XL, de Fórmula Joven (39,99 €).
Deportivas Ultrapace en tejido de punto reflectante, de Gucci (780 €).
Deportivas en ternera estampada, motivo Toucans de Paradis, de Hermès (760 €).
Deportivas con plataforma efecto desgastado, de Liu Jo (184 €).
Deportiva Flow de ante y cuero con suela de goma, de Loewe (550 €).
Deportiva de piel y tejido con animal print, de Adolfo Domínguez (149 €).
Deportiva en piel y tejido técnico, de Sportmax (359 €).
Zapatillas Trigreca con suela de goma, de Versace (690 €).
Zapatilla de cuero Game On Archlight, de Louis Vuitton (895 €).
