Qué es el estilo «office siren» y por qué estoy obsesionada con él

Has oído hablar de ella porque es imposible no hacerlo, el Office Siren es una estética que busca transformar el look de oficina femenino en algo mucho más sensual y a la moda, tomando inspiración del estilo dosmilero ( Estilo Y2K ) que ha cautivado a las más modernas.

Ejemplos hay muchos, pero uno de nuestros favoritos es el personaje de Gisele Bündchen en El diablo se viste de Prada, aunque también podríamos mencionar a Rachel Green en la serie Friends cuando trabajaba en Bloomingdale's, o a Donna de Suits.

Es una imagen fácil de conseguir, ya que la inspiración está a la orden del día. Diseñadores como Saint Laurent, Stella McCartney, Dior, Chanel o Prada, entre cientos de otros, confían en esta estética de aspecto empoderado y atemporal que logra lo mejor de los dos mundos.

Prendas básicas. Ten en cuenta que las prendas claves para lucir este estilo son las faldas de tubo, las camisas entalladas, las americanas oversize y los pantalones de traje tipo sastre que enamoran a las más minimalistas.

Estampados muy sutiles. Toma nota, porque estampados en este tipo de estética hay, pero no cualquiera. El más llevado es el estampado de raya diplomática que verás tanto en camisas como como en americanas, pantalones o faldas sastre.

Los accesorios son clave, aunque pienses que no. Las gafas tipo bayoneta como las de Gisele Bündchen, los colores oscuros, y ese toque retro de aire intelectual y sensual son dos imprescindibles que te recomendamos usar.

El tacón que no falte, aunque mejor opta por los slingback o los kitten heels. Son dos básicos en la estética office siren que se adaptan a cualquier tipo de estilismo que tengas en mente y que siempre están dispuestos a arrasar.

Paletas de colores. A ver, es de cajón, los tonos oscuros como el negro, marrón, gris, blanco, azul, verde o burdeos te darán un toque más estilizado. No obstante, también puedes añadir toques metalizados.

Ve al detalle. En él estará el éxito para conseguir un look ganador. El secreto está en poder lograr una yuxtaposición entre lo más masculino y femenino sin que se vea demasiado forzado. Un ejemplo sería usar un blazer masculino de corte oversize con un vestido de tubo ajustado.