No todo lo retro es un retroceso. De hecho, la fulgurante irrupción de los pantalones cien por cien masculinos, con sus pinzas superlativas, sus perneras anchas y cinturillas altas, suscitan más emoción con nostalgia. Vuelven aquellos pantalones que las mujeres adoptaron en los años 30 y 40 para subrayar su autonomía. Cuenta la leyenda que Katharine Hepburn se atrevió a llevarlos cuando aún eran prerrogativa únicamente masculina y que, cuando la jefa de vestuario de RKO le escondió sus pantalones, la actriz se negó a ponerse otra cosa y recorrió los estudios en ropa interior hasta que logró que se los devolvieran. Aún no había aparecido la primera mujer con pantalones en las revistas de moda: no sucedió hasta 1939.
Unos años antes, en 1933, la revista de cine 'Movie Classic' publicó un reportaje titulado: '¿Llevarán pantalones las mujeres?' A favor de esta subversión del armario femenino señalaron, además de a Hepburn, a Greta Garbo, Marlene Dietrich o Fay Wray. En aquella época, las mujeres que se ponían pantalones aún terminaban detenidas por la policía bajo el cargo de «disfrazarse de hombres», de ahí la resistencia de la industria cinematográfica a confiar proyectos importantes a actrices demasiado vanguardistas. «Además, Kate [Katharine Hepburn] no se dejaba moldear fácilmente, no era alguien a quien pudieras controlar», confesó la directora Dorothy Azner en la biografía de la actriz titulada 'Kate: The Life of Katharine Hepburn'. «Tenía una voluntad de hierro. Incluso su tono de voz era fuerte y tenía que dulcificarlo constantemente».
El segundo gran momento de gloria de los pantalones anchos también es cine por cien cinematográfico: arrasaron como seña de identidad de Annie Hall, el personaje interpretado por Diane Keaton en la película homónima de Woody Allen, estrenada en 1977. De nuevo, los pantalones masculinos tuvieron que imponerse a la jefa de vestuario de la película, Ruth Morely, que no era demasiado fan. «Muévete como una persona real. No le des demasiada importancia a los diálogos y lleva puesto lo que quieras», le pidió Allen a Keaton. Esta decidió ponerse lo que ya triunfaba entre las mujeres del Soho neoyorquino: la ropa masculina. «Los pantalones, la corbata y el chaleco de Annie se inspira directamente en ellas», admitió la actriz entonces. «No me extraña que las mujeres en Londres y París lo hayan convertido en una locura: sale de la calle».
Toda la herencia simbólica del pantalón masculino, la afirmación de autonomía, independencia y libertad, vuelve ahora a declararse gracias al retorno de esta prenda. Ya es favorita de famosas e influencers, desde Kendall Jenner a las chicas del grupo de pop Haim o la mismísima Kate Middleton. Se trata de un diseño que no tiene demasiada complicación estilística, aunque conviene tener en cuenta que, como todas las prendas oversize, no se caracteriza por estilizar la figura (si eres talla grande, combina los pantalones anchos con tops bien ajustados). La colección que más fielmente ha reproducido los pantalones de pinzas que han llevado Hepburn, Keaton y tantas otras estrellas del cine es la de Zara: propone pantalones amplios y masculinos de color rosa, blanco, crema, gris, negro… Atención, porque uno de los diseños está rebajado y disponible en todas las tallas (hasta la XXL): te lo llevas por 12,99 euros.