¿Y ustedes?

Nos hemos parado. Seguramente, este es el gran cambio. Nos hemos parado, aunque nuestra cabeza vaya a mil revoluciones. De alguna manera, todos hemos escuchado, muy dentro, un clic, hemos visto un punto y aparte, nos hemos tropezado con un stop gigante. ¿Y ahora? ¿Qué hacemos? ¿Quiénes nos acompañan? ¿Qué nos inventamos para la pelea, para las risas, para la resistencia? Se lo hemos preguntado a personas muy distintas que han respondido con generosidad. Que nos han abierto sus casas y nos han dejado echar un vistazo a los salones en los que han improvisado un sala de juegos permanente para sus hijos, los balcones desde los que aplauden a las ocho, o el rincón desde el que siguen pintando, escribiendo o redactando un auto judicial. Deportistas, políticos, artistas, cantantes, actores, escritores, investigadores. Compartimos con ustedes en nuestra web, en nuestras redes, en nuestra revista sus respuestas, las fotos que nos regalan, los vídeos que han grabado para nosotros. Estas eran las preguntas: ¿Con quién estás? ¿Cómo sobrellevas el día a día? ¿Cuál ha sido el gran cambio? Esta situación nos va a hacer más...

Les propongo que ustedes también las contesten y que compartan sus respuestas con nosotros. De verdad, es un buen ejercicio. Aquí van las mías: estoy con mi familia, dando gracias cada minuto por su cariño y, como muchos, con el corazón encogido por los abuelos a los que no podemos abrazar y cuidar como querríamos. Cocinamos (una novedad) trabajamos mucho, nos turnamos en la vieja bici estática que hemos sacado del trastero y competimos a muerte con Just Dance. El que pierde, tiende la lavadora. Hablamos más. Vemos cine clásico. De momento Grease, Arma letal y La ventana indiscreta. Escuchamos a Nirvana, a Aretha Franklin y a Ariana Grande. Es decir, compartimos nuestra música. A veces, estamos tristes. Otras nos morimos de risa. Buscamos ratitos de soledad. Nos sentimos afortunados.