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Adolfo y Adriana Domínguez, padre e hija, presidente y consejera delegada de una de las firmas referentes de la moda española, hablan juntos, por primera vez desde hace años, en un momento crucial para la industria textil en el mundo. En los 44 años que tiene la marca que creó Adolfo Domínguez, más los 30 anteriores durante los que su padre regentó un negocio textil, han sabido superar muchas calamidades: un devastador incendio, una salida a Bolsa ruinosa, un intento de OPA hostil y la crisis económica de 2008. Ahora, dispuestos a mantener ese espíritu de lucha, miran con optimismo hacia el futuro desde su fábrica en Orense y comparten con Mujerhoy sus reflexiones y esperanzas. “Es un puñetazo en el estómago que te deja sin aire, pero he aprendido de la familia la capacidad de resiliencia. La vida es así, y puedes tomarlo como un sufrimiento o como parte del baile”, explica Adriana Domínguez, quien considera que la crisis que estamos viviendo “es un problema global, de toda la sociedad, y debemos afrontarlo juntos con solidaridad. Ahora hay que volcarse con el primer frente, el sanitario, y luego con el económico. Hay que prestar ayudas a todo el tejido empresarial”.
A juicio de la consejera delegada de la firma, esta situación también nos hará replantearnos la forma de consumir: apostaremos más por la calidad, la sostenibilidad, la transparencia en el trazado del producto. “La industria textil está para quedarse siempre. Pero hay cosas a revisar y en el textil ya hay muchas marcas que trabajan con compromisos sociales. Es hacia donde queremos ir: a una moda más responsable y perdurable, menos inmediata”. Una perspectiva con la que está de acuerdo Adolfo Domínguez: “Sigo diciendo, como siempre, que debemos hacer cosas para que duren. Así evitaríamos esos continentes de plástico en los océanos”. A su juicio, una vez superada la pandemia, “sucederá lo que queramos que suceda. Si somos inteligentes, lo tomaremos como una catástrofe natural o como una guerra. Y tomaremos medidas entre todos”.
El chef asturiano José Andrés es otro de los protagonistas de Mujerhoy este fin de semana. Tras cerrar sus restaurantes en EE.UU., que dan empleo a más de 2.000 personas, ha decidido plantar cara al Covid-19 convirtiéndose en una inspiración para cocineros de todo el mundo. Hijo de enfermeros, su preocupación no solo ha sido frenar la expansión de la pandemia, sino dar de comer a millones de personas. Lo está consiguiendo gracias a World Central Kitchen, la ONG que fundó en 2010 y con la que lleva una década respondiendo a emergencias de todo tipo. La red mundial de cocineros, empresas y voluntarios que dirige junto a su mano derecha, Javier García, ha dado de comer a las víctimas del huracán María en Puerto Rico, los supervivientes del terremoto que devastó Haití o los funcionarios norteamericanos sin empleo tras el cierre gubernamental que decretó Washington el año pasado. “Esto será mayor que el 11-S, mayor que el Katrina”, ha advertido. En una década de vida, World Central Kitchen ha repartido 14 millones de comidas; durante la pandemia del Covid-19, están preparados para cocinar y servir cinco millones de menús. De momento, World Central Kitchen ha empezado a trabajar en Madrid, sirviendo menús a 10.000 personas en situación vulnerable por el cierre de comedores sociales, junto a colegas como Diego Guerrero (dos estrellas Michelin en DSTAgE) o Pepa Muñoz (El Qüenco de Pepa); el proveedor de alimentos Makro; o el Grupo Arzábal, que ha abierto las cocinas de sus locales en la capital. “Siempre actuamos en base a la necesidad. Hay lugares que, por su dimensión en una crisis como esta, se desbordan. No hay gente suficiente para ayudar, hay poblaciones muy grandes o ciudades con barriadas en necesidad que, en situaciones como la que vivimos, son más vulnerables”, cuenta el chef a Mujerhoy.
Además, para celebrar el Día del Libro, el próximo 23 de abril, cinco grandes escritores nos recomiendan sus lecturas preferidas: Dolores Redondo, Manuel Vilas, Lorenzo Silva, Domingo Villar y Juan Gómez Jurado.
En moda, los vaqueros miran al futuro: mientras la industria aborda el reto de la sostenibilidad y la responsabilidad, las firmas marcan tendencia con jeans biodegradables, reciclados y libres de productos químicos dañinos, más que dispuestos a triunfar en la calle.
Y en belleza, los perfumes nos recuerdan el poder de las flores: de su majestad la rosa a la sensualidad de las flores blancas como el azahar, el jazmín o el nardo; y de la nobleza de la flor de lis o la peonía al soplo de naturaleza que nos traen los ramilletes silvestres. Jardines imaginarios que nos inspiran pura alegría de vivir.