A quién le importa quién lo hizo, por Lourdes Garzón

Seguramente les sorprenderá, como a mí, que todas estas afirmaciones vengan de un dirigente político. Son entrecomillados sacados de la entrevista que publicamos con Jacinta Ardern, 39 años, primera ministra de Nueva Zelanda, y a quien hemos elegido para la portada de este número especial dedicado al liderazgo femenino que va a tener en sus manos la resaca de la pandemia y la reconstrucción económica.

¿Por qué? Lo evidente es el consenso que su gestión ha despertado estos meses y que ha hecho que Google devuelva la búsqueda con su nombre asociado a “éxito” y “ejemplo” en los titulares. Pero lo que se lee entre líneas en sus declaraciones, lo que de verdad me interesa, va más allá de que su actuación fuera rápida o de que Nueva Zelanda sea un país pequeño y relativamente fácil de controlar. Tiene que ver con un estilo, con una forma de entender la política, las propias capacidades, los intereses comunes. No estoy segura de que sea una cualidad del liderazgo necesariamente asociada a las mujeres, pero sí de que es un tipo de liderazgo moderno, evolucionado, mejorado que muchas mujeres ejercen.

Quizá porque sus caminos han sido distintos, más sinuosos, diferentes. Una combinación de capacidad para contar las cosas, empatía, decisión y una notable falta de ego. La convicción de que cuenta mucho qué se hace, no tanto que el nombre de quien lo hace se escriba en una placa o en los libros de historia. La reconfortante idea de que el legado es lo que se da, no la gloria que se recibe.