Los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia asistieron a la inauguración pero no se sentaron en las dos sillas Barcelona que Ludwig Míes van der Rohe había diseñado para recibirlos. Quizá no les gustaron, quizá imaginaron que sus figuras no parecerían demasiado regias sentadas en estos diseños de acero y piel tan opuestos a las ostentosas butacas de la época.
Al arquitecto, al que el Gobierno alemán había encargado el pabellón de aquel país para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, no le gustó que los monarcas no estrenaran las sillas, pero tuvo que aguantarse.
No hubo foto con los reyes sentados, sin más. La anécdota nos sitúa en uno de los escenarios que supuso la ruptura estética radical de la arquitectura a finales de los años 20. Ante la ornamentación y la curva de la arquitectura modernista del momento, Míes van der Rohe defendía el dominio de la recta, la pureza extrema de formas, la sobriedad, el juego lineal entre interiores y exteriores, y los contrastes en la paleta de materiales.
La originalidad del pabellón lo convirtió en una joya desde su nacimiento. Sin embargo, poco después de la exposición, se desmanteló. Comenzó entonces la leyenda, su reconocimiento internacional como obra icónica del movimiento moderno junto a los trabajos de la escuela Bauhaus y de Le Corbusier. La segunda vida le llegó en la última recta del siglo XX. En 1980, el arquitecto Oriol Bohigas, entonces al frente de la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, impulsó su reconstrucción.
En 1983 comenzaron las obras y en 1986 se inauguró de nuevo en su emplazamiento original, la esplanada de las fuentes de Montjuic. La fidelidad al original centró el trabajo, en el que se usaron los mismos materiales (vidrio, acero, mármol verde de los Alpes, travertino del Tívoli,
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?