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Hoy es el día. Tienes tu primera cita con el chico que te gusta. Vas a una entrevista de trabajo. Conoces con tus futuros suegros... Tu corazón se acelera y late con fuerza. Aunque no quieres que te noten nerviosa, sabes que esa taquicardia es por el estrés, no un signo de enfermedad.
Pero hay casos en los que las palpitaciones y la sensación de aleteo en el pecho son un síntoma de fibrilación auricular (FA), un tipo de arritmia que sufren más de un millon de personas en nuestro país, de los que más de 90.000 están sin diagnosticar, y que puede poner en peligro nuestra vida si no se trata. "Y ese riesgo es mayor si eres mujer", puntualiza la profesora Ursula Ravens, catedrática de la Universidad Tecnológica de Dresden (Alemania) y pionera en el estudio de la electrofisiología del corazón.
"Estudios recientes han visto que las mujeres con fibrilación auricular tienen el doble de riesgo de sufrir ictus y ataques cardiacos que los hombres con el mismo problema. Además de reducir la capacidad para realizar ejercicio físico, esta dolencia aumenta el riesgo de insuficiencia cardiaca y duplica el de mortalidad", añade la científica.
Mujerhoy: ¿Por qué la fibrilación auricular es una dolencia más peligrosa cuando la sufren las mujeres? Úrsula Ravens: Si no produce síntomas, lo que sucede en la tercera parte de los casos, no acudes al médico. Y si los produce, en general, suelen ser poco específicos (falta de aliento al subir escaleras, taquicardias, cansancio...) y las mujeres solemos achacarlos al estrés y no consultamos. Eso hace que muchos casos se queden sin diagnosticar. Además, hay datos que indican que las mujeres respondemos peor al tratamiento de esta patología.
Mujerhoy: ¿Y cómo podemos saber si la padecemos? Úrsula Ravens: El pulso es un buen indicador. Solo tienes que tomártelo durante 30 segundos. Una irregularidad puntual, como la falta de un latido, no es preocupante, pero si es irregular de forma continua, debes ir al médico inmediatamente. Un electrocardiograma o una monitorización con Holter pueden confirmar o descartar el problema. Luego, un ecocardiograma puede ver si el tamaño del corazón es normal y si las válvulas cardiacas funcionan normalmente.
Mujerhoy: ¿Pero qué nos ocurre durante uno de estos episodios de fibrilación auricular? Úrsula Ravens: El corazón tiene un marcapasos natural (el nódulo sinusal) que hace que se contraiga y se dilate con un ritmo regular. En una persona con este problema, el corazón late de forma caótica y no bombea la sangre de forma eficaz. ¿Consecuencia? Que al fluir más lentamente o estancarse, la sangre tiende a formar coágulos. Si uno de esos cóagulos se desprende y bloquea una arteria que transporta sangre y oxígeno al cerebro, estamos ante un ictus. Si el coágulo bloquea una arteria que va al corazón, se produce un infarto.
Mujerhoy: Nos olvidamos de que el corazón obedece a impulsos eléctricos. Úrsula Ravens: Así es. Un trastorno en el sistema eléctrico del corazón provoca fibrilación auricular y otros tipos de arritmia.
El ictus es la primera causa de muerte en la mujer en España. Una mujer con fibrilización auricular tiene cinco veces más riesgo de sufrirlo que otra que no padezca este problema. Los síntomas del ictus pueden incluir pérdida de fuerza o movilidad en un lado del cuerpo, un brazo o una pierna; boca torcida; pérdida de visión en uno o los dos ojos; dolor de cabeza súbito e intenso; alteraciones en el habla; pérdida de equilibrio... Los síntomas pueden persistir o bien desaparecer en minutos u horas, en lo que se conoce como ataque isquémico transitorio, que también requiere atención . Una llamada al 112 pone en marcha el Código Ictus, un sistema por el que los médicos contactan con el neurólogo de guardia de una Unidad de Ictus para la atención del pac.
Mujerhoy: ¿Y qué cosas aumentan el riesgo de desarrollarla? Úrsula Ravens: La edad es muy importante. Aunque vemos esta dolencia en personas jóvenes (se cree que por una mutación genética en el canal eléctrico del corazón), la gran mayoría de casos se dan a partir de los 65 años. La obesidad, la enfermedad coronaria, el abuso del alcohol, la diabetes, la hipertensión y el hipertiroidismo son otros factores de riesgo.
Mujerhoy: ¿Y cómo se trata? Úrsula Ravens: Con anticoagulantes, para evitar la formación de coágulos o trombos y, de ese modo, evitar ictus y ataques cardiacos.
Catedrática del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina Carl Gustav Carus (Universidad Tecnológica de Dresden, Alemania), es pionera en el estudio de la electrofisiología del corazón, clave en la prevención de las arritmias. Por sus trabajos científicos, en 2015 fue premiada con la Cruz del Mérito de Alemania. Recientemente ha viajado a Madrid para formar parte del jurado de los Premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA.
Mujerhoy: Pero mucha gente teme a los anticoagulantes, por el control que exigen, el riesgo de hemorragia, las interacciones... Úrsula Ravens: Te refieres a los antagonistas de la vitamina K, representados por la warfarina o el acenocumarol, que se comercializa como Sintrom. Por suerte, ahora tenemos nuevos fármacos que actúan en dianas terapéuticas del sistema de coagulación de la sangre, tienen un efecto mucho más predecible y son tanto o más eficaces que el Sintrom. Además, no poseen tantas interacciones con otros fármacos ni con alimentos ricos en vitamina K (espinacas, coles) y conllevan menos riesgo de hemorragias intracraneales. Sobre todo, no necesitan supervisión constante ni pruebas de coagulación cada pocas semanas.
Mujerhoy: ¿Y además de la importancia de prevenir ictus y ataques cardiacos, qué tratamiento tiene el problema en sí mismo? Úrsula Ravens: Algunas personas tienen fibrilización durante un tiempo más o menos largo y luego el problema puede remitir o bien reaparecer al cabo de horas, días o semanas (fibrilación auricular paroxística) o hacerse permanente. Por eso, en función de cada caso, el médico puede recomendar cambios en la dieta y el estilo de vida; cardioversión con desfibrilador externo,implantable o con fármacos (para recuperar el ritmo normal del corazón); colocar un marcapasos o tratamientos quirúrgicos. El objetivo es que el corazón siga latiendo normalmente y bombeando sangre a todo el organismo.